[vía elapartamento]
Estaba buscando una película para comentar en los Domingos de Cine y me doy cuenta de que encima de la mesa del ordenador tengo una copia rara de Bienvenido Mister Marshall, salida como regalo en un número de PCManía del año de pun.
Entonces pensé, “no hace falta buscar en novedades que no he visto aún, esto sí que es un peliculón”. Berlanga en estado de gracia (estuvo así muchísimos años) fue capaz de contar más de un país que un ensayo sesudo. Y todo con una de las mejores comedias de todos los tiempos.
[vía elpais]
Y es que con un guión de Mihura y Bardem, era difícil que Berlanga fallase. Si a eso le añadimos a Pepe Isbert y a Manolo Morán (entro otros, que todos se salen), es fácil que estemos ante una gran película.
Pero hay muchas otras cosas que la hacen imprescindible en nuestro cine. El cine cómico de los cuarenta a los sesenta ayudó a llevar lo mejor posible todo tipo de penurias que se vivieron en estos lares. Pero como cine valiente no se limitó a hacer rir en todos los casos. En muchísimas cintas lo que se pudo ver es un retrato de la sociedad. Algo que nos permite ver cómo eran las cosas a los que no vivimos esos años.
De esa manera entendemos la vida de los de las generaciones anteriores. Si no somos espabilados, nos creemos que estamos viendo un retrato costumbrista, pero no es así. Es un grito desgarrado de lo que estaba silenciado. Por cuestiones políticas, sí, pero también por orgullo. La risa da una cara amable a lo que nos cuesta reconocer de primeras. Y es que la vida era difícil.
Esta película transcurre en España, en un país que está sumido en la posguerra, pero es tremendamente actual al poder ser ahora la historia de muchísimos países que no tienen un futuro cierto y que aún no ven más allá de sus fronteras por la propia debilidad de su situación. Bienvenido Mister Marshall sigue siendo una película necesaria.
[vía LuisDiazMolinero]
Cuentan en una anécdota que Edward G. Robinson, el grandísimo actor, cuando vio la película en Cannes (ganó el máximo galardón Berlanga con esta película en aquella edición) se sintió indignado cuando vio la escena en la que la bandera americana (una banderola de papel en este caso) está en un charco. Es una pena que no viese la simbología.
En esa escena se ve cómo la banderola en cuestión baja por un riachuelo, de la misma manera en que los sueños se van. Ha pasado el agua de largo y no ha servido para regar las esperanzas de los necesitados.
Por razones como esta, aunque parezca un película costumbrista, Bienvenido Mister Marshall es una película universal y atemporal que no debe dejar de ser vista y recordada.
Estaba buscando una película para comentar en los Domingos de Cine y me doy cuenta de que encima de la mesa del ordenador tengo una copia rara de Bienvenido Mister Marshall, salida como regalo en un número de PCManía del año de pun.
Entonces pensé, “no hace falta buscar en novedades que no he visto aún, esto sí que es un peliculón”. Berlanga en estado de gracia (estuvo así muchísimos años) fue capaz de contar más de un país que un ensayo sesudo. Y todo con una de las mejores comedias de todos los tiempos.
[vía elpais]
Y es que con un guión de Mihura y Bardem, era difícil que Berlanga fallase. Si a eso le añadimos a Pepe Isbert y a Manolo Morán (entro otros, que todos se salen), es fácil que estemos ante una gran película.
Pero hay muchas otras cosas que la hacen imprescindible en nuestro cine. El cine cómico de los cuarenta a los sesenta ayudó a llevar lo mejor posible todo tipo de penurias que se vivieron en estos lares. Pero como cine valiente no se limitó a hacer rir en todos los casos. En muchísimas cintas lo que se pudo ver es un retrato de la sociedad. Algo que nos permite ver cómo eran las cosas a los que no vivimos esos años.
De esa manera entendemos la vida de los de las generaciones anteriores. Si no somos espabilados, nos creemos que estamos viendo un retrato costumbrista, pero no es así. Es un grito desgarrado de lo que estaba silenciado. Por cuestiones políticas, sí, pero también por orgullo. La risa da una cara amable a lo que nos cuesta reconocer de primeras. Y es que la vida era difícil.
Esta película transcurre en España, en un país que está sumido en la posguerra, pero es tremendamente actual al poder ser ahora la historia de muchísimos países que no tienen un futuro cierto y que aún no ven más allá de sus fronteras por la propia debilidad de su situación. Bienvenido Mister Marshall sigue siendo una película necesaria.
[vía LuisDiazMolinero]
Cuentan en una anécdota que Edward G. Robinson, el grandísimo actor, cuando vio la película en Cannes (ganó el máximo galardón Berlanga con esta película en aquella edición) se sintió indignado cuando vio la escena en la que la bandera americana (una banderola de papel en este caso) está en un charco. Es una pena que no viese la simbología.
En esa escena se ve cómo la banderola en cuestión baja por un riachuelo, de la misma manera en que los sueños se van. Ha pasado el agua de largo y no ha servido para regar las esperanzas de los necesitados.
Por razones como esta, aunque parezca un película costumbrista, Bienvenido Mister Marshall es una película universal y atemporal que no debe dejar de ser vista y recordada.
Bienvenido Mister Marshall - Discurso del Balcón
Magnífico discurso de este gran filme de Berlanga por parte de José Isbert y Manolo Morán a ese peculiar pueblo de Villar del Campo... que diga del Río.
[vía Kolpeper]
Cuando voy por Guadalix de la Sierra (el pueblo donde se rodó la película) voy a la balconada y acuerdo de la escena de las explicaciones. No veo mucho más de la película, el pueblo está muy cambiado. Aún así, ha cogido un poco de la magia del celuloide y, si has visto la película, es algo que se nota.
Una última cosa. Siempre que veo que en un pueblo en fiestas han colgado las banderitas en plan guirnalda me viene a la cabeza aquello de “Americanos…”.
Bienvenido Mister Marshall - Americanos os recibimos
Los yanquis han venido,
olé salero, con mil regalos,
y a las niñas bonitas
van a obsequiarlas con aeroplanos,
con aeroplanos de chorro libre
que corta el aire,
y también rascacielos, bien conservaos
en frigo y de aire.
Americanos,
vienen a España
guapos y sanos,
viva el tronío
de ese gran pueblo
con poderío,
olé Virginia,
y Michigan,
y viva Texas, que no está mal,
os recibimos
americanos con alegría,
olé mi mare,
olé mi suegra y
olé mi tía.
El plan Marshall nos llega
del extranjero pa nuestro avío,
y con tantos parneses
va a echar buen pelo
Villar del Río.
Traerán divisas pá quien toree
mejor corría,
y medias y camisas
pá las mositas más presumías
Americanos,
vienen a España
guapos y sanos,
viva el tronío
de ese gran pueblo
con poderío,
olé Virginia,
y Michigan,
y viva Texas, que no está mal,
os recibimos
americanos con alegría,
olé mi mare,
olé mi suegra y
olé mi tía.
Lo mejor que ha dado el cine español, con los mayores talentos de la época (Miguel Mihura también intervino en el guión) al servicio de la sátira ibérica por excelencia.
[vía Kolpeper]
Enlaces de interés:
Artículo en la Wikipedia.
El Plan Marshall en la Wikipedia.
Berlanga en la Wikipedia.
Biografía de Berlanga en el Criticón.
Bienvenido Mr. Marshall en Qué grande es el cine, programa de Garci. Partes una, dos, tres, cuatro, cinco y seis.
4 comments:
Una de las mejores películas del cine español. Me encanta ese humor.
Saludos
Añoro este humor, José Luis.
De las mejores películas del cine español, o sin complejos, del cine. La concentración de talento que había en esta película, desde el director y guionistas hasta los actores, es poco común.
Yo también añoro este humor. No es que no se haga ahora alguna buena comedia, que sí las hay, o buen cine dramático, que también hay algunas cosas buenas que rescatar entre la mediocridad general.
Pero es que el equilibrio casi perfecto entre un humor intemporal, la crítica sarcástica entre líneas, y el comentario costumbrista que destila esta obra maestra, te das cuenta de que esto es sencillamente otra división.
Sin complejos: de las mejores películas de todos los tiempos.
Por cierto, Rubén, no consigo dar con tu blog. ¿Puedes decirme tu URL?
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