Contenido:
- Almanaque Humorístico de TBO para 1949
- Alamanaque TBO para 1949
- Almanaque Humorístico de TBO para 1950
- Alamanaque TBO para 1950
- Almanaque Humorístico de TBO para 1951
Un número que pone los pelos de punta.
Es tan rematadamente bueno que uno tiene que leer las páginas con tranquilidad, porque se le van los ojos a lo que viene en la siguiente. Una delicia con una calidad de imagen tan grande que parece que se hubiese publicado ahora (bueno, se ha "republicado" ahora, pero es como si los almanaques fuesen recién comprados del quiosco en 1949).
El elenco de autores en abrumadoro, incluyendo los clásicos que podemos ver en otros números (Benejam, Urda y otros), pero también otros más señeros (Ponti, por poner un ejemplo). ¡Incluso se hace raro no ver (aún) a Coll o Blanco!
En fin, una pena que sea uno de los dos volúmenes que incluye material de los años cuarenta (y casi que se mete en los cincuenta). Hubiera estado fantástico tener más ejemplares de TBO de sus orígenes en esta colección de TBO Edición Coleccionista porque hay que esperar a la entrega cuarenta y nueve y penúltima para volver a los cuarenta (será el volumen con los almanaques más antiguos).
Después de volver a hojear la maravilla de número que Guiral y Salvat nos ofrecen, repaso la introducción con artículo sobre el liderazgo editorial de Ediciones TBO en aquellos años. Cosa curiosa si nos acordamos de la circunstancia de que les resultaba imposible publicar una revista de manera continuada. Sólo tenían permiso para publicar folletos independientes, sin numeración y sin continuación directa.
Manuel Barrero se quita el sombrero, como todos, ante la figura capital de Carles Bech en un artículo. Biografía de Iranzo. ¿Para cuándo una edición de coleccionista del Cachorro?
¡Ah, por cierto! Se me olvidaba. Si queréis, haced clic en la imágen para leerla en otra pestaña del navegador. Está escaneada con más calidad de la que acostumbro para que sea legible.
Es tan rematadamente bueno que uno tiene que leer las páginas con tranquilidad, porque se le van los ojos a lo que viene en la siguiente. Una delicia con una calidad de imagen tan grande que parece que se hubiese publicado ahora (bueno, se ha "republicado" ahora, pero es como si los almanaques fuesen recién comprados del quiosco en 1949).
El elenco de autores en abrumadoro, incluyendo los clásicos que podemos ver en otros números (Benejam, Urda y otros), pero también otros más señeros (Ponti, por poner un ejemplo). ¡Incluso se hace raro no ver (aún) a Coll o Blanco!
En fin, una pena que sea uno de los dos volúmenes que incluye material de los años cuarenta (y casi que se mete en los cincuenta). Hubiera estado fantástico tener más ejemplares de TBO de sus orígenes en esta colección de TBO Edición Coleccionista porque hay que esperar a la entrega cuarenta y nueve y penúltima para volver a los cuarenta (será el volumen con los almanaques más antiguos).
Después de volver a hojear la maravilla de número que Guiral y Salvat nos ofrecen, repaso la introducción con artículo sobre el liderazgo editorial de Ediciones TBO en aquellos años. Cosa curiosa si nos acordamos de la circunstancia de que les resultaba imposible publicar una revista de manera continuada. Sólo tenían permiso para publicar folletos independientes, sin numeración y sin continuación directa.
Manuel Barrero se quita el sombrero, como todos, ante la figura capital de Carles Bech en un artículo. Biografía de Iranzo. ¿Para cuándo una edición de coleccionista del Cachorro?
¡Ah, por cierto! Se me olvidaba. Si queréis, haced clic en la imágen para leerla en otra pestaña del navegador. Está escaneada con más calidad de la que acostumbro para que sea legible.
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