Tú, Robot.
Primera edición: 2009.
Primera edición: 2009.
Fecha de Jan agosto de 2008.
Costó 4,25€.
Gran historia la de este número de la serie de Superlópez. Noto que el grado de madurez tanto del personaje como del autor, nos está haciendo disfrutar de historias impresionantemente bien elaboradas, con reflexiones externas (política y sociedad) como metalenguajes que juegan con los tópicos creados y los lleva un paso más allá.
Jan nos presenta a un robot, llamado Néstor-123 al que por una azarosa situación, se le crea la duda. Tiene las tres reglas de la robótica inventadas por Asimov pero, ¿qué es un ser humano? Néstor-123 se mueve de norte a sur, buscando a un ser humano al que servir. Pero no da con nadie. Sólo ve atropellos a los derechos humanos, por lo que aplica la primera regla; no permitir que ningún humano sufra daño. Y para ello mata. Toda una declaración de principios.
Superlópez, que no puede permitir que un robot vaya haciendo destrozos ni dañando a las personas (por muy malas que estas sean), le persigue por medio mundo (veamos; de Barcelona a Afganistán y de allí a Irak, Israel, Palestina, Egipto, Somalia, Botswana, Namibia, la Isla de Santa Elena, el Amazonas, Ushuaia y por último la Antártida. Ahí es nada).
Pues bien, en todo el recorrido, Néstor-123 sólo encuentra seres humanos que son sometidos por otros seres humanos. Todo un repaso a la situación imposible e insostenible del mundo actual.
Primero, Néstor está sirviendo en una casa donde el marido estaba ejerciendo malos tratos sobre su familia. Y le arroja por la ventana. Aquí empieza la historia. Superlópez busca al robot, llegando a Robotnik, la fábrica que lo construyó. Al poco descubre que Paxo Enaspera, que ya apareció en una historia anterior, ha metido en el cerebro electrónico del robot la duda para que le diese la combinación ganadora de la quiniela. Como el robot aplicaba las tres leyes de la robótica, todos los equipos eran buenos y daba como ganadores a los dos. Por eso Paxo cambió el programa, añadiendo esa duda. El resultado no fue el esperado.
De ahí deambulamos con el robot, que cada vez va construyéndose unas piernas más largas, con el fin de correr lo más rápido y más lejos posible, en busca de un ser humano. Se me olvidaba decir que también se va alimentando de energía por donde pasa.
Sectas, trabajo infantil, terrorismo islamista, la situación de oriente próximo, los dictadorzuelos de África, los etnocidas de los indios del Amazonas para talar sus árboles, etc. Todos estos temas aparecen en el cómic.
Me ha resultado una lectura estupenda, uno de los mejores de los últimos álbumes de Superlópez. Además, la broma recurrente que más me ha gustado de toda la serie es la de Juan yendo dormido a la cafetería y pidiendo un billete de autobús. Aquí vemos la anécdota dos veces, desde el punto de vista de los camareros. Más metalenguaje.
En resumidas cuentas, una curiosa aventura de Superlópez, en la que no avanza la historia personal de Juan, pero que sirve para que Jan nos dé su particular visión del momento actual. Lástima de colores digitales. Es todo tan gris.
Gran historia la de este número de la serie de Superlópez. Noto que el grado de madurez tanto del personaje como del autor, nos está haciendo disfrutar de historias impresionantemente bien elaboradas, con reflexiones externas (política y sociedad) como metalenguajes que juegan con los tópicos creados y los lleva un paso más allá.
Jan nos presenta a un robot, llamado Néstor-123 al que por una azarosa situación, se le crea la duda. Tiene las tres reglas de la robótica inventadas por Asimov pero, ¿qué es un ser humano? Néstor-123 se mueve de norte a sur, buscando a un ser humano al que servir. Pero no da con nadie. Sólo ve atropellos a los derechos humanos, por lo que aplica la primera regla; no permitir que ningún humano sufra daño. Y para ello mata. Toda una declaración de principios.
Superlópez, que no puede permitir que un robot vaya haciendo destrozos ni dañando a las personas (por muy malas que estas sean), le persigue por medio mundo (veamos; de Barcelona a Afganistán y de allí a Irak, Israel, Palestina, Egipto, Somalia, Botswana, Namibia, la Isla de Santa Elena, el Amazonas, Ushuaia y por último la Antártida. Ahí es nada).
Pues bien, en todo el recorrido, Néstor-123 sólo encuentra seres humanos que son sometidos por otros seres humanos. Todo un repaso a la situación imposible e insostenible del mundo actual.
Primero, Néstor está sirviendo en una casa donde el marido estaba ejerciendo malos tratos sobre su familia. Y le arroja por la ventana. Aquí empieza la historia. Superlópez busca al robot, llegando a Robotnik, la fábrica que lo construyó. Al poco descubre que Paxo Enaspera, que ya apareció en una historia anterior, ha metido en el cerebro electrónico del robot la duda para que le diese la combinación ganadora de la quiniela. Como el robot aplicaba las tres leyes de la robótica, todos los equipos eran buenos y daba como ganadores a los dos. Por eso Paxo cambió el programa, añadiendo esa duda. El resultado no fue el esperado.
De ahí deambulamos con el robot, que cada vez va construyéndose unas piernas más largas, con el fin de correr lo más rápido y más lejos posible, en busca de un ser humano. Se me olvidaba decir que también se va alimentando de energía por donde pasa.
Sectas, trabajo infantil, terrorismo islamista, la situación de oriente próximo, los dictadorzuelos de África, los etnocidas de los indios del Amazonas para talar sus árboles, etc. Todos estos temas aparecen en el cómic.
Me ha resultado una lectura estupenda, uno de los mejores de los últimos álbumes de Superlópez. Además, la broma recurrente que más me ha gustado de toda la serie es la de Juan yendo dormido a la cafetería y pidiendo un billete de autobús. Aquí vemos la anécdota dos veces, desde el punto de vista de los camareros. Más metalenguaje.
En resumidas cuentas, una curiosa aventura de Superlópez, en la que no avanza la historia personal de Juan, pero que sirve para que Jan nos dé su particular visión del momento actual. Lástima de colores digitales. Es todo tan gris.
2 comments:
Gracias por la recomendación. Tenía ganas de leer algo de superlópez y lo tendré en cuana para mi próximo pedido de cómics.
Me sorprendió este número. Los últimos volúmenes eran majos, pero no tanto como este.
Post a Comment