1977
Trigésimo primera historia. “Dimensión desconocida (a la memoria de Rod Serling)”.
Primera aparición: Mortadelo Especial Quinta dimensión. Cuatro páginas.
Aventura especial como homenaje a Rod Serling, creador y guinista de Twilight Zone y fallecido dos años antes de la fecha de creación de esta historia de Figueras.
En esta aventura psicodélica lo más llamativo es ¡el traje de Topolino! Pero hombre, Figueras, ¿cómo le vistes así? Eso sería ropa deportiva en los años cuarenta o cincuenta, pero en los setenta estaba más que pasada. Bueno, la verdad es que no sé por qué me quejo. Aún veo cosas de los ochenta en películas de la época y aún me gustan, sobre todo más que la ropa que llevan los chavales, que parece que es de su primo, el jugador de baloncesto de la NBA y que les sobran veinte tallas. En fin.
La puerta en medio del campo y las setas por doquier me recuerdan a Alicia en el País de las Maravillas. Esta vez no es necesaria una máquina que imite el aspecto de los monstruos. Todo está plagado por monstruos de “otra dimensión”.
Colodión también está en esa dimensión desconocida y le salva. Además vemos que hay otros individuos con cabeza de pila voltaica, procedentes de dimensiones diferentes a la nuestra que también están allí para robar diamantes gigantes. Nos lo dice un tótem a medio camino de la piedra de 2001 y una cabeza de la Isla de Pascua.
La resolución de la aventura es un verdadero carrusel de acción. Topolino termina saliendo por la puerta a toda pastilla, chocando contra Adolfo y al final vemos a Colodión huyendo de un insecto gigante. Un caos, pero muy divertido.
Trigésimo segunda historia. “Los cuernos del diablo”.
Primera aparición: Realizada en noviembre de 1977. Cuatro páginas.
En esta aventura podemos ver a Aspirino por primera vez en las páginas de Topolino. Colodión y Aspirino (o Aspiriono y Colodión, como debiera ser) están siendo víctimas de una extorsión propiciada por un nuevo malo, un tal Spectrum, del que no vemos su aspecto, sólo el de unas marionetas inchables que se encargan despistar a Topolino y a Adolfo, haciéndoles creer que son Spectrum en persona. Topolino usa unos increíbles muelles para dar alcance a la marioneta y le podemos ver volar colgado de los pies del muñeco. Poco villano para Topolino, que descubre que todo el tiempo ha estado oculto tras una roca con cuernos (de ahí el título).
Lo más llamativo es el dominio que demuestra Figueras del lenguaje del medio y de la disposición de los elementos en la página. Si miramos el trabajo de claro-oscuro, veremos que deja la página aligerada (a parte de la reducción del número de viñetas por tira que siguen siendo cinco). Aún así, es de suponer que parezca una reducción de la calidad del producto, si lo comparamos con otras aventuras más recargadas, pero es sólo en apariencia. Los monigotes a los que se enfrenta están tan sumamente cuidados como los sicarios del Doctor Siniestro. Por cierto, estas marionetas y la estética tanto del Doctor Siniestro como de sus secuaces y de los de Khun Zivan, son muy parecidas a otro grande del cómic; Spider el rey de los ladrones. Uno de los mejores cómics de todos los tiempos, de los que hace siglos que no se oye nada y que ha sido reeditado por Titan Books (un solo volumen, junto con otro de Zarpa de Acero) y ha aparecido en una pobrísima historia llamada Albion, publicada por America’s Best (división de DC) y que firmó la hija de Allan Moore. Lástima que no saliese una obra completa.
Trigésimo tercera historia. “Cinemanía”.
Primera aparición: Realizada en diciembre de1977. Dos páginas.
Una aventura atípica de Topolino. La fecha de producción sin indicar ningún número en concreto puede significar dos cosas. O que no está localizada en las publicaciones de Bruguera, cosa que dudo, o no fue publicada en su momento y ha aparecido con motivo de la publicación del tomo de Astiberri. No sé que otra razón podría justificar su falta de referencia. He leído con asiduidad los productos de Bruguera de finales de los setenta y principios de los ochenta, hasta su cierre, por lo que muchas aventuras me resultan conocidas (posiblemente reediciones), pero reconozco que estas últimas historias me resultan completamente novedosas. En fin, espero deshacer el entuerto en algún momento y lo comunicaré debidamente en Tonnerre de Brest.
Pasemos a la historia. Parece heredera de la anterior, por el aspecto surrealista (psicodélico diría yo) que recuerda claramente a los clásicos de la animación (no los Simpson no cuentan). Me refiero a las películas cortas que se proyectaban en los cines como anticipo a la película principal y que estaban realizadas en blanco y negro y eran mudas o con música ambiental y efectos especiales. Con un poco de imaginación se ven las viñetas en movimiento y reconocemos a un Felix the Cat o una Betty Boop sufriendo toda una serie de tropelerías por parte de los secundarios del corto de animación.
Las onomatopeyas juegan un papel determinante, incrustadas en la aventura como un elemento visual más. Colodión ha creado un cine realista en el que el espectador entra a participar como protagonista en toda una serie de amenazas inciertas que ponen en peligro (aunque sean de cartón piedra) la integridad de Topolino. Es, sin duda, un homenaje a la producción de películas de animación, oficio al que dedicó cási una década en Venezuela el propio Figeras. La historia es poca cosa, pero su realización está bellísimamente llevada. Bravo.
1979
Trigésimo cuarta historia. “Alarma UFO”.
Primera aparición: Realizada en febrero de 1979. Cuatro páginas.
Figueras reduce el número de tiras de viñetas por página en estas dos últimas aventuras.
Un extraterrestre saca una especie de cámara de fotos y se dedica a hacer levitar con ella a las piedras. Este sin sentido da lugar a la historia, sobretodo porque Adolfo y su jefe intervienen. ¿Cómo no? un simple acto de turismo interestelar es observado por Topolino como una grave amenaza. Estamos en la época de desconfiar de los extraterrestres. Aún estaba por venir E.T.
No sólo se produce una reducción del número de tiras (y por consiguiente de viñetas), sino que perdemos el elemento realista, al ser el extraterrestre también un personaje caricaturesco, yo diría que simplemente abocetado.
¡Hasta la próxima!
Trigésimo primera historia. “Dimensión desconocida (a la memoria de Rod Serling)”.
Primera aparición: Mortadelo Especial Quinta dimensión. Cuatro páginas.
Aventura especial como homenaje a Rod Serling, creador y guinista de Twilight Zone y fallecido dos años antes de la fecha de creación de esta historia de Figueras.
En esta aventura psicodélica lo más llamativo es ¡el traje de Topolino! Pero hombre, Figueras, ¿cómo le vistes así? Eso sería ropa deportiva en los años cuarenta o cincuenta, pero en los setenta estaba más que pasada. Bueno, la verdad es que no sé por qué me quejo. Aún veo cosas de los ochenta en películas de la época y aún me gustan, sobre todo más que la ropa que llevan los chavales, que parece que es de su primo, el jugador de baloncesto de la NBA y que les sobran veinte tallas. En fin.
La puerta en medio del campo y las setas por doquier me recuerdan a Alicia en el País de las Maravillas. Esta vez no es necesaria una máquina que imite el aspecto de los monstruos. Todo está plagado por monstruos de “otra dimensión”.
Colodión también está en esa dimensión desconocida y le salva. Además vemos que hay otros individuos con cabeza de pila voltaica, procedentes de dimensiones diferentes a la nuestra que también están allí para robar diamantes gigantes. Nos lo dice un tótem a medio camino de la piedra de 2001 y una cabeza de la Isla de Pascua.
La resolución de la aventura es un verdadero carrusel de acción. Topolino termina saliendo por la puerta a toda pastilla, chocando contra Adolfo y al final vemos a Colodión huyendo de un insecto gigante. Un caos, pero muy divertido.
Trigésimo segunda historia. “Los cuernos del diablo”.
Primera aparición: Realizada en noviembre de 1977. Cuatro páginas.
En esta aventura podemos ver a Aspirino por primera vez en las páginas de Topolino. Colodión y Aspirino (o Aspiriono y Colodión, como debiera ser) están siendo víctimas de una extorsión propiciada por un nuevo malo, un tal Spectrum, del que no vemos su aspecto, sólo el de unas marionetas inchables que se encargan despistar a Topolino y a Adolfo, haciéndoles creer que son Spectrum en persona. Topolino usa unos increíbles muelles para dar alcance a la marioneta y le podemos ver volar colgado de los pies del muñeco. Poco villano para Topolino, que descubre que todo el tiempo ha estado oculto tras una roca con cuernos (de ahí el título).
Lo más llamativo es el dominio que demuestra Figueras del lenguaje del medio y de la disposición de los elementos en la página. Si miramos el trabajo de claro-oscuro, veremos que deja la página aligerada (a parte de la reducción del número de viñetas por tira que siguen siendo cinco). Aún así, es de suponer que parezca una reducción de la calidad del producto, si lo comparamos con otras aventuras más recargadas, pero es sólo en apariencia. Los monigotes a los que se enfrenta están tan sumamente cuidados como los sicarios del Doctor Siniestro. Por cierto, estas marionetas y la estética tanto del Doctor Siniestro como de sus secuaces y de los de Khun Zivan, son muy parecidas a otro grande del cómic; Spider el rey de los ladrones. Uno de los mejores cómics de todos los tiempos, de los que hace siglos que no se oye nada y que ha sido reeditado por Titan Books (un solo volumen, junto con otro de Zarpa de Acero) y ha aparecido en una pobrísima historia llamada Albion, publicada por America’s Best (división de DC) y que firmó la hija de Allan Moore. Lástima que no saliese una obra completa.
Trigésimo tercera historia. “Cinemanía”.
Primera aparición: Realizada en diciembre de1977. Dos páginas.
Una aventura atípica de Topolino. La fecha de producción sin indicar ningún número en concreto puede significar dos cosas. O que no está localizada en las publicaciones de Bruguera, cosa que dudo, o no fue publicada en su momento y ha aparecido con motivo de la publicación del tomo de Astiberri. No sé que otra razón podría justificar su falta de referencia. He leído con asiduidad los productos de Bruguera de finales de los setenta y principios de los ochenta, hasta su cierre, por lo que muchas aventuras me resultan conocidas (posiblemente reediciones), pero reconozco que estas últimas historias me resultan completamente novedosas. En fin, espero deshacer el entuerto en algún momento y lo comunicaré debidamente en Tonnerre de Brest.
Pasemos a la historia. Parece heredera de la anterior, por el aspecto surrealista (psicodélico diría yo) que recuerda claramente a los clásicos de la animación (no los Simpson no cuentan). Me refiero a las películas cortas que se proyectaban en los cines como anticipo a la película principal y que estaban realizadas en blanco y negro y eran mudas o con música ambiental y efectos especiales. Con un poco de imaginación se ven las viñetas en movimiento y reconocemos a un Felix the Cat o una Betty Boop sufriendo toda una serie de tropelerías por parte de los secundarios del corto de animación.
Las onomatopeyas juegan un papel determinante, incrustadas en la aventura como un elemento visual más. Colodión ha creado un cine realista en el que el espectador entra a participar como protagonista en toda una serie de amenazas inciertas que ponen en peligro (aunque sean de cartón piedra) la integridad de Topolino. Es, sin duda, un homenaje a la producción de películas de animación, oficio al que dedicó cási una década en Venezuela el propio Figeras. La historia es poca cosa, pero su realización está bellísimamente llevada. Bravo.
1979
Trigésimo cuarta historia. “Alarma UFO”.
Primera aparición: Realizada en febrero de 1979. Cuatro páginas.
Figueras reduce el número de tiras de viñetas por página en estas dos últimas aventuras.
Un extraterrestre saca una especie de cámara de fotos y se dedica a hacer levitar con ella a las piedras. Este sin sentido da lugar a la historia, sobretodo porque Adolfo y su jefe intervienen. ¿Cómo no? un simple acto de turismo interestelar es observado por Topolino como una grave amenaza. Estamos en la época de desconfiar de los extraterrestres. Aún estaba por venir E.T.
No sólo se produce una reducción del número de tiras (y por consiguiente de viñetas), sino que perdemos el elemento realista, al ser el extraterrestre también un personaje caricaturesco, yo diría que simplemente abocetado.
Trigésimo quinta historia. “SOS Océano”.
Primera aparición: Realizada en agosto de 1979. Cuatro páginas.
¡Ah, por fin! ¡Otra vez el Doctor Siniestro! No, no se había jubilado. Topolino visita un crater, del que ve salir una chispa extraña y es automáticamente atacado por un autómata. Colodión aparece como tiene por costumbre, es decir; de manera insospechada y los sicarios del Doctor Siniestro, con Rogelio al frente, se enfrentan cuerpo a cuerpo con las fuerzas del bien. La idea del Doctor es descabellada. Ha creado un rayo capaz de hacer agujeros en medio de la roca y así conseguir drenar el mar. ¿Cuál es el objetivo de tamaña azaña? ¿Quién sabe?
Topolino se las apaña para destrozar la maquinaria y el Doctor Siniestro amenaza con su venganza que de terrible y espantosa que es, a él mismo le da miedo.
Aquí termina mi colección de entradas dedicada a Topolino. Con los años, yo creo que ha ido como el buen vino, mejorando y haciéndose un clásico de nuestra historieta. Debemos estar muy agradecidos a iniciativas como la de Astiberri, Glènat y otros por recuperar los clásicos del cómic de aquí. Sé que no debe ser muy rentable, pero ahí tenemos que estar los aficionados, apoyándoles, suministrándoles materiales raros de los que disponemos y comprando el ejemplar una vez ha salido a la venta.
Lo siguiente, bueno, un personaje poco conocido que a mi me gusta muchísimo. Se llama “The Human Fly” y tiene como subtítulo: el personaje más salvaje porque es de verdad. Practicaré un poquito mi inglés y pronto empezaré con otro de los cómics olvidados de los setenta: el Mazinger Z Rojo de Sanchís (el de Pumby). Si me da tiempo, los alternaré semanalmente.
Primera aparición: Realizada en agosto de 1979. Cuatro páginas.
¡Ah, por fin! ¡Otra vez el Doctor Siniestro! No, no se había jubilado. Topolino visita un crater, del que ve salir una chispa extraña y es automáticamente atacado por un autómata. Colodión aparece como tiene por costumbre, es decir; de manera insospechada y los sicarios del Doctor Siniestro, con Rogelio al frente, se enfrentan cuerpo a cuerpo con las fuerzas del bien. La idea del Doctor es descabellada. Ha creado un rayo capaz de hacer agujeros en medio de la roca y así conseguir drenar el mar. ¿Cuál es el objetivo de tamaña azaña? ¿Quién sabe?
Topolino se las apaña para destrozar la maquinaria y el Doctor Siniestro amenaza con su venganza que de terrible y espantosa que es, a él mismo le da miedo.
Aquí termina mi colección de entradas dedicada a Topolino. Con los años, yo creo que ha ido como el buen vino, mejorando y haciéndose un clásico de nuestra historieta. Debemos estar muy agradecidos a iniciativas como la de Astiberri, Glènat y otros por recuperar los clásicos del cómic de aquí. Sé que no debe ser muy rentable, pero ahí tenemos que estar los aficionados, apoyándoles, suministrándoles materiales raros de los que disponemos y comprando el ejemplar una vez ha salido a la venta.
Lo siguiente, bueno, un personaje poco conocido que a mi me gusta muchísimo. Se llama “The Human Fly” y tiene como subtítulo: el personaje más salvaje porque es de verdad. Practicaré un poquito mi inglés y pronto empezaré con otro de los cómics olvidados de los setenta: el Mazinger Z Rojo de Sanchís (el de Pumby). Si me da tiempo, los alternaré semanalmente.
¡Hasta la próxima!
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