La Saga de los Aznar, volumen decimoséptimo.

39. Al otro lado del universo.

Después de los viajes espaciotemporales y la reconquista de la Tierra, la tarea ahora está en dos puntos de la aventura. Por un lado es necesario recuperar la Tierra, Venus y Marte para la vida humana. Por otro, como son demasiado inquietos para seguir haciendo lo mismo mucho tiempo, hay que aprovechar el nuevo descubrimiento para viajar por el hiperespacio. Evidentemente, esta segunda parte es la que seguirá Enguídanos, ya que es la única que puede ofrecer aventuras interesantes al lector.

Esta novela es protagonizada por Roerich, el alto mando nazi rescatado en la anterior novela. Aún siendo un personaje que por su origen pueda resultar antipático, no hay duda de que salva a Valera casi casi el sólo. Veamos lo que pasa.

Como un Valera que no se mete en líos es algo casi imposible de imaginar, los valeranos deciden viajar por el hiperespacio, rumbo a lo desconocido. Así pues, los valeranos se meten en la karendón más cercana. Todos menos Roerich que le tiene más miedo a esa máquina “win-zip” que a un nublado. Así que los que se encargan de los preparativos para este viaje le ofrecen un plan B: “¿qué te parece si te hibernamos?”

El trayecto se supone que va a transcurrir en unos dos mil años, pero cien años antes, la máquina de hibernación despierta a Roerich y este descubre que Valera está poco menos que destrozada. La selva ha ocupado gran parte de la ciudad y unos hombres de aspecto raro deambulan por las calles, recogiendo todo lo que pueda ser de utilidad.

Como Roerich es un hombre de recursos y un personaje sagaz, supone que las máquinas karendón han fallado y decide activar alguna de forma manual. Por suerte (y un poquito de Deux Ex Machina) la karendón es la que contiene a unos médicos entre los que se encuentra Fidel Aznar. Ahora los protagonistas son dos.

Ambos aguerridos valientes apresan a un par de humanoides (siendo uno de ellos Lauda, una chica que será protagonista en la siguiente novela) y con la máquina psi (una máquina que lee el pensamiento y que sirve para aprender cualquier cosa en momentos) descubren que han tenido un encontronazo con algún cuerpo cósmico y que están orbitando entrono al sistema solar de Uhlán (nuevo lugar para las aventuras valeranas). Este sistema está dominado por los ankoranos, que son casi tan malos como los nahumitas. Tienen la peculiaridad de ser ovíparos, aunque en todo lo demás son casi como nosotros (las chicas carecen de pecho, pero es lo único que parece distinto a simple vista).

Con este panorama por delante, no queda otra que tratar de hacerse con el control del autoplaneta. Las naves valeranas, las naves automáticas, ya están en manos de los nuevos enemigos. Ahora hay que rescatar al planeta, resucitar a todo el mundo y huir de ahí lo antes posible. Uno a uno vuelven los valeranos a estar activos, lo que hace que los ankoranos del interior de Valera sufran una encarnizada batalla que los elimine. Como curiosidad, Katherina, la novia perdida de Fidel, regresa a la vida y con ella trae a su hijo. Tenemos un nuevo Fidel.

Roerich y Fidel demuestran ser unos fieras en el combate (no está mal para un pacifista como Fidel). Los poderes paranormales de este último son capitales para decidir el resultado a favor de los humanos. Los valeranos vuelven a estar a merced de sus impulsivas decisiones y de su afición por meterse en líos.

40. El Planetillo furioso.

Volvemos a empezar una novela de la Saga de los Aznar con los valeranos en una situación crítica. No sólo se encuentran en plena huida (ya ralentizada porque los ankoranos no están atacándoles), sino que aún hay enemigos dentro de Valera (a los que eliminan pronto) y han perdido a muchos miles de compatriotas en las batallas sucedidas. Por si fuera poco, descubren que cuatro millones de valeranos han sido resucitados en Ankor y se encuentran esclavizados.

El hijo del Miguel Ángel Aznar hermano de Fidel es el protagonista de esta segunda parte de la saga de Uhlán. Hay muchos planes que poner en marcha si quieren sacar de la desgracia a los cuatro millones de valeranos que se encuentran en Ankor.

Miguel Ángel plantea una rebelión de todos los habitantes del sistema solar sojuzgado por los ankoranos, para lo que necesita infiltrarse. Es preciso algún elemento sorpresa que le permita viajar rápidamente a la superficie del Ankor. Y ahí Enguídanos nos reinventa las máquinas para teletransportarse. Una karendón traslator que le acerca al universo de Star Trek. También son necesarias naves rápidas para misiones de alto riesgo. Ahí tenemos los trompos.

Miguel Ángel y Lauda llegan al planeta, dan con los valeranos, pero no saben cómo sacarlos de ahí. De repente Miguel Ángel da con la solución. Los ankoranos han creado una karendón gigante para crear materiales pesados y para destruir lo que no les vale (incluidas personas). Si les desmaterializa, conseguirá llevarlos a Valera, donde se encuentran las cintas vetatom (algo así como el fichero que te permite reunir el cuerpo con la mente en una karendón).

Así que, tras unas páginas de acción frenética, unos seis mil valeranos recobran su libertad. Quedan más, pero ya se ha dado el primer paso.

41. El ejército fantasma.

Esta es una novela curiosa. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que tarde o temprano, los valeranos van a vencer a los malos, sean cuales fueren. Así que Enguídanos da con una nueva vuelta de tuerca brillante: ¿qué tal si contamos la aventura desde el punto de vista de los ankoranos?

Pero no lo hace desde el punto de vista militarista, sino de unos disidentes que están sobreviviendo a la dictadura del supremo Lassyn. Los ankoranos están siendo sometidos a un lavado de cerebro que les hace dóciles y adeptos al régimen.

El protagonista es Hango Noda, el científico ankorano que descubrió las karendón y que, sin saberlo, llevó los cuatro millones de valeranos a Ankor, con la consiguiente desgracia para ellos. Y es este científico el que idea y lleva a la práctica la superkarendón.

Cuando descubre que su máquina es también usada para matar a los que le sobran a Lassyn, se encuentra en la tesitura de batallar contra el mal que ha creado. Como ya sabemos por los acontecimientos narrados en la anterior novela, dicha máquina fue destruida y él es ahora el objetivo de los valeranos (también los ankoranos le buscan, para que la reconstruya). Lauda le salva de sus nuevos aliados. Curiosamente fue amante del joven científico y sabe que es trigo limpio. Ahora son dos los ankoranos que entienden lo malo de los actos de sus congéneres.

Los valeranos no paran y atacan con una virulencia que sólo vimos en los finales de saga. Igual que aniquilaron a los nahumitas y a los sadritas (y supuestamente a los Thorbod), los ankoranos sufren muchísimas bajas, cayendo pronto su líder.

Hango toma el poder y usa esa técnica de lavado de cerebro en sentido contrario. No sólo les dota de libertad, sino que instaura un espíritu cooperativo, pacífico y bondadoso. Valera ha ganado un nuevo aliado.

Una vez más no puedo más que dar las gracias a Canalda por la tremenda utilidad de sus entradas y sus portadas para la creación de este texto que acabáis de leer.