El segundo álbum que dedicó en exclusiva a temas bélicos fue Soldados de Todos los Tiempos de 1981. Contaba con ilustraciones nuevas, pero hacía acopio de los cromos plateados y dorados de Hechos y soldados del Siglo XX y de la segunda parte de Historia Ficción.
Lo que sí era novedoso era el tratamiento de los cromos, que eran troquelables, al estilo de los soldados recortables de antaño. Con ellos se podía jugar como si de muñequitos se tratase. Un año después, la editorial Maga sacó otro álbum con el mismo concepto, pero esta vez para “chicas” que se llamó Trajes Típicos del Mundo. La verdad es que todos los niños de mi colegio teníamos cromos de esta serie, por tener hermanas, amigas o porque los comprábamos con total tranquilidad. Servían como compañeras de nuestros soldaditos. El mundo sería muy aburrido sin chicas. No se si era Terenci Moix el que decía que las películas de submarinos estaban bien, pero les fallaba el no tener actrices.
Los sobres costaban un duro y el álbum treinta pesetas. Por cierto, cuando miro la publicidad de la contraportada me pongo nervioso. Pensar que vendían los álbumes completos por setecientas pesetas. ¡Ojala los hubiera comprado entonces! Claro que, por aquella fecha yo no tenía dinero. Y setecientas pesetas era toda una fortuna para un chaval.
Empecemos ya con los cromos.De la época más antigua tenemos un celta y un persa.
De la Edad Media, un cruzado.
En el Siglo de Oro, dos soldados españoles y un inglés.
Del siglo XVIII, soldados rusos y un prusiano.
De la Guerra Civil Americana, un confederado y un federal.
Lo que sí era novedoso era el tratamiento de los cromos, que eran troquelables, al estilo de los soldados recortables de antaño. Con ellos se podía jugar como si de muñequitos se tratase. Un año después, la editorial Maga sacó otro álbum con el mismo concepto, pero esta vez para “chicas” que se llamó Trajes Típicos del Mundo. La verdad es que todos los niños de mi colegio teníamos cromos de esta serie, por tener hermanas, amigas o porque los comprábamos con total tranquilidad. Servían como compañeras de nuestros soldaditos. El mundo sería muy aburrido sin chicas. No se si era Terenci Moix el que decía que las películas de submarinos estaban bien, pero les fallaba el no tener actrices.
Los sobres costaban un duro y el álbum treinta pesetas. Por cierto, cuando miro la publicidad de la contraportada me pongo nervioso. Pensar que vendían los álbumes completos por setecientas pesetas. ¡Ojala los hubiera comprado entonces! Claro que, por aquella fecha yo no tenía dinero. Y setecientas pesetas era toda una fortuna para un chaval.
Empecemos ya con los cromos.De la época más antigua tenemos un celta y un persa.
De la Edad Media, un cruzado.
En el Siglo de Oro, dos soldados españoles y un inglés.
Del siglo XVIII, soldados rusos y un prusiano.
De la Guerra Civil Americana, un confederado y un federal.
Soldados de las colonias.
De la Primera Guerra Mundial, Un soldado francés, uno alemán y otro rumano.
Y de la Segunda Guerra Mundial, soldados alemanes y un británico.
De la Primera Guerra Mundial, Un soldado francés, uno alemán y otro rumano.
Y de la Segunda Guerra Mundial, soldados alemanes y un británico.
Y de épocas más modernas, un legionario español, un casco azul y soldados estadounidenses.
Para terminar, una imagen de cómo eran los cromos troquelados. Cuando se pegaban en el álbum, el efecto era menor, pero para jugar, así eran estupendos. Creo que los de la editorial Maga harían en su momento un estudio de mercado y verían que los niños jugaban con los cromos recortados, idea que aprovecharon para esta colección. La verdad es que se pegaban muy mal, porque los bracitos y armas corrían el riesgo de engancharse con los bracitos y las armas de los cromos de la página con la que daban cuando se cerraban, estropeando los cromos e incluso despegándolos.
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