[vía Allo Ciné]
Mon Oncle (Mi Tío), de Jacques Tati es una de mis películas favoritas. Ya le dediqué un par de entradas a Nosferatu en su momento, pero hoy toca otro tono muy particular.
Las películas de Tati están protagonizadas por su alter-ego, por Monsieur Hulot, un señor desgarbado, despistado, que lleva pipa, sombrerito y gabardina. Es uno de los personajes más entrañables del cine mundial y, como otros grandes del humor, nunca pronunció palabra. Sí, era un personaje que no tenía que abusar del diálogo para provocar la risa del espectador. Sólo el gesto.
Las películas de Tati están protagonizadas por su alter-ego, por Monsieur Hulot, un señor desgarbado, despistado, que lleva pipa, sombrerito y gabardina. Es uno de los personajes más entrañables del cine mundial y, como otros grandes del humor, nunca pronunció palabra. Sí, era un personaje que no tenía que abusar del diálogo para provocar la risa del espectador. Sólo el gesto.
[vía Push Pull Bar]
La historia presenta a M. Hulot en un curioso edificio parisino (aunque no parece que se rodase sólo en París). Allí hace su vida, rodeado de vecinos variopintos y arquetípicos de una sociedad más pausada, más a la antigua. Tati presenta estas barriadas como algo excepcional, auténtico y acogedor.
M. Hulot tiene una hermana que le pide que se haga cargo de su hijo (el sobrino de “el tío”). Para ello tiene que ir a un barrio lujoso donde las casas cuentan con los últimos adelantos en lo que ahora llamaríamos “Domótica”. La frialdad de estas nuevas viviendas queda contrastadísima con la de la casa de vecinos de Hulot.
Multitud de gags salpican estas escenas en las que un pobre señor de barrio popular tiene que hacer frente a multitud de modernidades complejas e incluso agresivas. Eso sí, sin alterar el ambiente plácido que se respira en las películas del realizador francés (su familia procedía de Holanda, Rusia e Italia, interesante mezcla).
Por si fuera poco, su cuñado ha decidido que Hulot vive una vida demasiado ociosa y le ha buscado un trabajo en una empresa que lo único que puede hacer es traer más problemas a Hulot, que no quiere saber nada del asunto. Aún así, se presenta a la entrevista (no era necesario que fuese silencioso, ¡es que no le dejan hablar, de la prisa que tienen todos!).
Tati apunta con dedo acusador a la frivolidad de la sociedad de los sesenta (y de ahora, si me apuras). En la casa de su hermana y su cuñado reina la apariencia y el aparentar. No son lo que son, sino lo que opulentamente parecen ser. Y eso no puede ser valorado si tienes una vida deliciosa con gente maravillosa que la comparte, aunque lo compartido en cuanto a lo material sea poco.
Hay otro elemento mágico en la cinta, que es la música de Franck Barcellini y Alain Romans. Es una melodía que me acompaña desde que descubrí la película, allá por los últimos años de la década de los ochenta, cuando la emitieron, creo que en TeleMadrid, como homenaje al realizador. Y además emitieron todas las películas, por lo que Tati se me hizo una figura cercana y fácilmente reconocible en el personaje de M. Hulot
Con esta película no sólo disfruto, es que me siento bien viéndola. Es algo especial. Procuro verla a final de verano, no sé por qué. Pienso que por la luz, la relajación, los días largos que me recuerdan a la parte primera de la película. No sé, pero se que año tras año repito. Y no parece que me canse.
Este es el embed del trailer original de cine.
[vía Kaneltanikkeket]
Aquí os dejo algunos enlaces que he encontrado, por si queréis profundizar la información que hay de esta película y este director. Casi todo está en francés, pero es facilito.
La página oficial de Tati.
Mon Oncle en la Wikipedia.
Tati en la Wikipedia.
Mon Oncle en Allo Ciné.
M. Hulot tiene una hermana que le pide que se haga cargo de su hijo (el sobrino de “el tío”). Para ello tiene que ir a un barrio lujoso donde las casas cuentan con los últimos adelantos en lo que ahora llamaríamos “Domótica”. La frialdad de estas nuevas viviendas queda contrastadísima con la de la casa de vecinos de Hulot.
Multitud de gags salpican estas escenas en las que un pobre señor de barrio popular tiene que hacer frente a multitud de modernidades complejas e incluso agresivas. Eso sí, sin alterar el ambiente plácido que se respira en las películas del realizador francés (su familia procedía de Holanda, Rusia e Italia, interesante mezcla).
Por si fuera poco, su cuñado ha decidido que Hulot vive una vida demasiado ociosa y le ha buscado un trabajo en una empresa que lo único que puede hacer es traer más problemas a Hulot, que no quiere saber nada del asunto. Aún así, se presenta a la entrevista (no era necesario que fuese silencioso, ¡es que no le dejan hablar, de la prisa que tienen todos!).
Tati apunta con dedo acusador a la frivolidad de la sociedad de los sesenta (y de ahora, si me apuras). En la casa de su hermana y su cuñado reina la apariencia y el aparentar. No son lo que son, sino lo que opulentamente parecen ser. Y eso no puede ser valorado si tienes una vida deliciosa con gente maravillosa que la comparte, aunque lo compartido en cuanto a lo material sea poco.
Hay otro elemento mágico en la cinta, que es la música de Franck Barcellini y Alain Romans. Es una melodía que me acompaña desde que descubrí la película, allá por los últimos años de la década de los ochenta, cuando la emitieron, creo que en TeleMadrid, como homenaje al realizador. Y además emitieron todas las películas, por lo que Tati se me hizo una figura cercana y fácilmente reconocible en el personaje de M. Hulot
Con esta película no sólo disfruto, es que me siento bien viéndola. Es algo especial. Procuro verla a final de verano, no sé por qué. Pienso que por la luz, la relajación, los días largos que me recuerdan a la parte primera de la película. No sé, pero se que año tras año repito. Y no parece que me canse.
Este es el embed del trailer original de cine.
[vía Kaneltanikkeket]
Aquí os dejo algunos enlaces que he encontrado, por si queréis profundizar la información que hay de esta película y este director. Casi todo está en francés, pero es facilito.
La página oficial de Tati.
Mon Oncle en la Wikipedia.
Tati en la Wikipedia.
Mon Oncle en Allo Ciné.
4 comments:
¡Bueno, bueno, bueno! Ahora sí que me has tocado el punto flaco. Adoro a Jacques Tati (y a Monsieur Hulot XD) y me gustan todas sus películas; esta es también una de mis favoritas.
Y no sólo verlas, sino ese regusto que dejan después de...
Yo recomendaría a todo el mundo que las vieran todas.
Genial homenaje, enhorabuena.
¡Claro que sí! Parece mentira, pero algo tan estupendo, maravilloso y agradable sea casi desconocido por el gran público (no era el caso de la época en la que se realizó, porque Tati era y es muy popular en Francia). Hay esculturas en la ciudad donde se rodó Las Vacaciones de M. Hulot.
Reconozo que para mí también es una debilidad la obra de Tati.
Como mucho me faltan por ver uno o dos cortos de Tati lo demás lo he saboreado mucho muchas veces y creo que me falta objetividad suficiente como para dar una opinión fría y desapasionada tal como correspondería a este doctorcito.
Entre tanta grandeza, me quedo con Playtime y sus inquietantes escenas nocturnas tanto en la casa del amigo como luego en el restaurante. Es sencillamente impresionante.
No hay duda de que todo lo que tiene que ver con Tati no deja frío a nadie. Conozco a alguno que no le gusta ni verlo, porque les pone nervioso, pienso que por el humor sin palabras. Pero a los que nos gusta, nos gusta de verdad. Playtime es otra joyita, pero es Mon Oncle la que me deja siempre con una sensación positiva. Playtime tiene ese mensaje poco alagüeño que la convierte en una crítica social, mientras Mon Oncle, más crítica si cabe, queda como un perfecto retrato de la sociedad de ese momento. La sencillez frente a la opulencia, la tranquilidad frente al frenesí de la ciudad.
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