July 18, 2010

Gordos (2009).

Tenía mucha curiosidad por esta película. Sabía que el trailer no era muy de fiar. No sé por qué, pero esta película no podía tener ese tono frío, casi de drama, que era lo que vi en los cines antes de que estrenase.

Y no fallé. La película es dramática, pero con mucha más vida que lo que anunciaban. Daniel Sánchez Arévalo, con guión propio, nos cuenta la vida de una serie de personajes afectados de una u otra manera por la gordura. Pero una vez que ese aspecto más "caricaturesco" desaparece, la historia se centra en la vida de los personajes, en su interacción y en cómo la felicidad o la ausencia de esta se puede somatizar y no sólo con el sobrepeso.

Como digo, una vez olvidamos lo de "gordos" vemos a los personajes que se esconden detrás de su apariencia. Unos son felices siendo como son, pero temen por su salud, como es el caso de Andrés (Fernando Albizu). Vemos a muchas estrellas de las series televisivas, que en la actualidad son refugio y cantera de muchos y muy buenos actores. En el caso de Andrés, su familia que es en apariencia perfecta, oculta a muy pocos metros de la superficie la ruptura. La felicidad está en el "come y calla" y le está funcionando demasiado bien. Sus hijos, Luis (el físico o químico Adam Jerzierski) y Nuria (Marta Martín, muy convincente y sincera) son el tesoro mal cuidado de la familia que ha hecho con su esposa Beatriz (Teté Delgado).

Otros tienen su vida marcada por su aspecto físico y necesitan hacer lo que sea por recuperar su aspecto anterior, aunque ello suponga antes resolver su vida privada. Dos de los personajes Enrique (un Antonio de la Torre sobervio) y Leonor (María Morales). Con Leonor, Sánchez Arévalo se permite el único rastro de misterio, de no presentar al espectador toda la información. Su aparición y desaparición constante dentro de la película explica muchas cosas de cómo esto no es una terapia de gordos, como dice Enrique, sino una búsqueda de lo que uno se está ocultando o teme que otros vean.

La gordura y la delgadez afectan a la pareja de Álex (el inolvidable actor de AzulOscuroCasiNegro y el Camino de los ingleses, dos películas muy interesantes) y Sofía (Leticia Herrero). La caricatura de una pareja católica, consecuente con la doctrina pero algo inverosímil, se pierde cuando Álex termina por enfadar al espectador cuando Sofía es cada vez más y más felíz. Sólo el sobrenatural final de su línea argumental resarce al personaje.

Por otro lado, Abel (Alberto Enríquez), el terapeuta que tan bien maneja la situación, no puede soportar en casa el efecto del embarazo de Paula (Verónica Sánchez) su mujer. Y Pilar (Pilar Castro) que es capaz de conseguir el amor imposible con tenacidad maravillosa.

En fin, es una película agradable, con muchísimo mensaje más allá del drama o la comedia y con un buenísimo sabor de boca para terminar. Una historia con mucha fantasía pero convincente que nos permite profundizar en muchas cosas de nuestra cotidaneidad sin que por ello tengamos que estar más o menos gordos.