Un álbum con reminiscencias musicales. Por un lado, la
acción comienza con el preámbulo a un concierto de órgano de Ingrid (en la
Catedral de Colonia) y gran parte de la aventura transcurre en un tren llamado
El Oro del Rin (muy wagneriano). La trama, con tanto tren y tanto personaje
misterioso, oculto tras máscaras a la japonesa y trajes de esgrima japonesa,
recuerda a una mezcla de Agatha Christie y James Bond.
Volvemos a ver a enemigos ya conocidos, como Kazuky (estuvo
en la aventura en la que comprobamos cómo un experimento para crear tornados
podía ser usado para bien y para mal en la Hija del Viento) y a la organización
Hertzel, con un personaje que vimos en el Fuego de Wotan.
Pero es el Órgano del Diablo el argumento que se continúa
aquí, con una cámara de vacío recubierta de oro (de ahí el título de esta
aventura).
Al principio, la secretaria personal de Ito Kazuky se
encuentra en la cripta de la catedral, completamente narcotizada. Como le pasa
algo raro, Yoko e Ingrid se dirigen al coche de la muchacha japonesa y allí
descubren unos explosivos. ¿Podría ser terrorismo? Todo le conduce al tren Rheingold
donde un montón de personas del mundo de los negocios se han subido. Sin duda
hay mucho trabajo para el espionaje industrial.
Por cierto, sorprende ver los móviles de la época,
completamente engarzados en los coches de lujo y sin posibilidad de salir de
este.
Vamos a ver dos figuras inquietantes, una que habla con la
voz de Kazuky y otra silenciosa, un robot llamado Koshi, que parece actuar de
manera incompresible, casi siempre a favor de Yoko, pero alguna vez parece un
peligro público.
He de reconocer que me perdí mucho con esta historia. Por lo
que he podido leer, Leloup tenía claro lo que quería hacer: continuar la
aventura a las orillas del castillo del Órgano del Diablo, incorporar la cámara
recubierta de oro y jugar con una trama japonesa en un tren en Alemania, pero
todo lo demás tuvo que depurarlo muchas veces, por lo que la trama “policiaca”,
si es que se puede llamar así al asunto, se hace confusa, con muchas cosas que
no te esperas. Es más, el Estudio Leonardo se encarga de muchas cosas en esta
aventura. Incluso en el último momento fue necesario retocar la historia antes
de publicarse en el formato definitivo. Demasiadas manos y demasiados cambios
para que la historia tenga un remate satisfactorio.
Al final descubrimos que el Kazuky tras la máscara es un
espía al que le han cambiado el rostro para infiltrarse como el militar japonés
y en último término, el robot es la secretaria, que estaba tras la pista del
impostor.
Yoko Tsuno, tomo veinte. El astrólogo de Brujas (L’Astrologue
de Bruges, 1994). Viajes por el tiempo tres y Aventuras terrestres cuatro.
A diferencia del anterior tomo, este es uno de los mejores
de Yoko. Y no sólo por una historia vibrante y compleja en la que sabemos que
la máquina del tiempo va a funcionar, pero sólo aparece hacia la mitad de la
aventura, creando una tensión enorme con persecuciones al estilo Leloup. No
sólo por eso. Es el especial del veinte aniversario de nuestra heroína y cuenta
con un fantástico dossier, resumen de toda la trayectoria del personaje y la
serie.
Yoko viaja a Brujas. Allí, un pintor la ha llamado para
enseñarle un cuadro de siglo XVI en el que aparece con Monya. No hay duda de
que veremos la máquina. Además, el pintor es Jan Van Laet, que es también de
ese siglo. Por fortuna para ella, pregunta a un pintor mayor que está haciendo
un cuadro de un rincón pintoresco de la ciudad de Brujas.
El hombre mayor le habla de esa época del pasado de la
ciudad y de la peste que sufrió en aquel período histórico. Cuando Yoko se entrevista con él, también conoce al
Marqués, el mecenas del pintor. Ambos llevan un cuarto de milenio viviendo a
costa de un elixir de la eterna juventud. Le exigen que les desvele un secreto
del astrólogo de Brujas, supuesto endemoniado y que ella parece haber sabido en
el pasado. Nuestra amiga no sabe nada, como es lógico (aún no lo ha vivido) y
consigue salir con vida de este encuentro gracias a su nuevo amigo de Brujas.
Ya en casa del viejo pintor, Yoko descubre que había un
matraz (un contenedor empleado por los químicos) con el bacilo de la peste. Y
que ella en el viaje al pasado va a saber dónde está. La inquisición está en el
poder en aquel momento en la ciudad de Burjas, por lo que el astrólogo y el
alquimista, poseedores de dicho matraz emplean esa amenaza cierta para evitar
ser atrapados por la compañía.
Parece que Leloup tenía pensada esta historia desde hacía
tiempo, pero ambientada en Venecia. El cambio a Brujas puede ser por la
canalización que también tiene esa ciudad belga. Eso y que no tenía que desplazarse
mucho para documentarse y tomar fotografías de las localizaciones. Además,
debemos añadir un lectura de la esposa de Leloup: el Alquimista de Coelho. Voilá el alquimista endemoniado de la
historia de Yoko.
Leloup opta por contarnos una historia en la que la amenaza
de un mal pasado se nos presenta en la época en la que parece que el progreso
puede con todo. Una pandemia puede volver a traernos el temor como ha pasado
con muchas enfermedades en las últimas décadas. Además, la elección del autor
por esa época del renacimiento y de esa ciudad en concreto, cuando la religión
dominaba el pensamiento con la firmeza de las armas, dota de un dramatismo
salvaje a la situación en la que se encuentran Yoko y sus amigos cuando llegan
a su destino en el tiempo. Como el propio Leloup dijo en una ocasión, con esta
historia tenía para más de dos álbumes.
Por cierto, Pol consigue tener un pequeño romance en esta
historia con una muchacha del pasado. Y le acompaña al presente, genial.
Para más información, os invito a visitar la página de
Kaximpo y la página
oficial.
2 comments:
Estoy de acuerdo. "El oro del Rin" se hace muy confusa. Pensaba que era debido a mis pocos conocimientos del idioma pero veo que a otros os ha pasado lo mismo. En la 3ª lectura todavía me daba cuenta de detalles de los que no había percatado antes. Ya lo he dicho otras veces: sigo pensando que Leloup hace guiones muy elaborados y bien planificados que a la hora de conseguir encajarlos en 44 páginas se ve obligado a recortar y dando la impresión de estar todo muy condensado.
Pero de todas maneras, me gusta ver metida a Yoko en una historia como "Asesinato en el Orient Express" o "Alarma en el expreso".
"El astrólogo de Brujas" me gusta por la ambientación histórica y el viaje en el tiempo. Creo que la paradoja temporal es bastante consistente. Lo único que no he podido comprobar viajando en la Máquina del Tiempo del Profesor Ogro es si un objeto (en este caso, el vestido de Yoko) al encontrarse consigo mismo soltaría "chispitas". :P
Señor Ogro y tú en la máquina del tiempo. Os imagino llegando a 1970, por ejemplo, y saqueando todos los kioscos del país para haceros con todos los tebeos de Bruguera, jeje.
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