Otro relato de miniliteratura. Este es una coña llamada Cajera de mi amor.
Cajera de mi amor.
¡Qué guapa está hoy Marisa! Porque se llama Marisa. Eso lo sé por la plaquita que llevan en el pecho las cajeras del Súper de mi Barrio.
¡Sólo hoy, las latas de conserva de atún a mitad de precio!
Aquí me escondo para verla con disimulo. En el pasillo de detergentes se la ve sin que nadie me moleste. El reponedor se preguntará ¿qué busca este muchacho en este lado si luego no coge nada? Yo lo que busco es que se fije en mí, pero me da miedo que luego se piense algo raro y quede mal. No, mejor lo dejo por hoy y me voy a casa. Haré la cola en su caja y la miraré. ¡Vaya cola que hay en su caja! Es que es la más rápida y la gente se lo sabe. En fin, no importa esperar. Este es el mejor momento del día.
Ahí está él. No se cómo se llama, pero viene todos los días a comprar el pan. Lo curioso es que al lado del Súper hay una panadería que hace un pan riquísimo. A mí me da igual. Lo que me gusta es que venga a comprar aquí, porque está buenísimo. Es muy majo. Si fuese más valiente, a este me lo comía todo.
- ¡Niño! No cojas las golosinas, que no te las pienso coger.
- ¡Jo, Mamá! Que yo quierooo.
Ya me toca a mí. Le diré algo. ¿Qué le digo? ¡Ah, sí, ya sé!
- Oye, perdona, ¿sabes si mañana habrá alguna oferta en panadería?
- Pues, la verdad es que eso no lo sé. Son cincuenta y cinco céntimos, caballero.
- ¡Ah, bueno!, aquí tienes. Adiós.
- Adiós.
La verdad es que reponer es algo menos cansado que la caja, pero qué quieres que te diga. A mí me gusta más lo otro y además lo hago sentada. A ver, los encurtidos variados aquí. ¡Anda que no hay historias!
- Oye, perdona.
Anda, el chico del pan. Si es que está como el ídem. ¡Joder y yo con estas pintas, aquí agachada! ¡Me va a ver las raíces del teñido!
- Oye, esto, que si, que si ¿estos son los pepinillos más gordos que tenéis?
Joder.
- Sí, creo que sí.
Lo que creo es que me he puesto colorada. Mira que preguntarme por los pepinillos. Me ha entrado un sofoco que no veas.
Me cagüen la leche. Sólo a mí se me ocurre preguntarle por estas chorradas. Es como si le pregunto a una chica en el Chat que si quiere salir conmigo y la foto que le envió es la de mi nardo. Así no ligo yo, así no ligo. Me voy follao a la caja y me las piro.
La verdad es que las chicas del Súper están cañón. Dice mi amigo Pedro que los gerentes que contratan a las cajeras son de la ONCE, porque las contratan “al tacto”. Sea lo que sea, con Marisa dieron en el pleno. Es guapísima y dulce. Además, que está muy buena. No es una niña enclenque como las que despachan en la peluquería de mi tía, que no tienen por donde agarrar. La verdad es que a mí me gustan más las mujeres de antes. Mi padre tiene en el camión una foto de la Kim Bassinger de impresión. Y el caso es que el calendario hace ya muchos años que se acabó, pero mi viejo no la quita ni para atrás.
- No olviden pasar por la sección de carnicería. Ofertas en todo tipo de carnes. La ternera a la mitad de precio sólo hoy y sólo en nuestro Supermercado.
Hoy me he enterado de cómo se llama. Se llama Manuel. Ha venido por la caja con más cosas que las de costumbre, es decir; el pan, y ha tenido que pagar con tarjeta. La verdad es que salía muy feote en la foto, pero me da igual. Las cajeras estamos acostumbradas a ver carnés a todas horas, seguro que más que los polis. Manuel. Por fin le puedo llamar por su nombre, aunque aún no me atrevo a lanzarme. Como pase de mí y me tire a la piscina, lo mismo me quedo sin trabajo.
- Oye, guapa. ¿Espabilas o qué? No tengo todo el día.
- Sí, disculpe señora. Tenga su ticket.
Manuel ha entrado hoy como de costumbre a comprar el pan. Le he visto algo tristón. Me ha dado lastimita. Pobrecito, ¡si es que parece un osito de peluche! Me gustaría cogerlo y achucharlo, pobrecito mío.
Menudo día llevo. El trabajo ha sido un infierno y para colmo Marisa ni me ha mirado. Jo, si le gustase se habría dado cuenta de lo matado que iba. No sé por qué me obsesiono, si ella va a pasar de mí. Como todas. Pero esta ve me encantaría que saliese bien. ¡Imagínate los titulares! Cajera enamorada de cliente mindundi consigue a su Don Juan. ¿O era Romeo? No sé, como en el insti me hacían los trabajos. Nunca me leí los libros, para qué si son un rollo.
- Paquetes de Kleenex, tres por dos. Lleve tres y pague sólo dos. Ofertas como ésta, sólo en nuestro Supermercado.
¡Qué guapa estaba hoy! Bueno, siempre va igual. Pero es que a mí me da un vuelco el corazón cada vez que la veo. Mira, hoy no está en la caja. Voy a ser valiente y le voy a decir algo.
- Oye, perdona. ¿Sabes si la oferta de conservas sigue aún?
- Sí, creo que sí.
- Gracias, guapa.
Lo tengo decidido, mañana me declaro y la llevo al cine a ver esa de Tarantino. Vendré todo lo guapote que pueda.
¡Me ha llamado guapa! No puedo más. Creo que está por mí. La próxima vez que le vea le digo si puedo hablar con él y le pido salir. Mañana, seguro. Estoy más que convencida de que le gusto. No puedo fallar. Vendré todo lo guapa que pueda.
- No dude en aprovechar nuestras oferta. Sólo en nuestro Supermercado encontrará el kilo de naranjas a un euro.
Estoy hipercontenta. No puedo más de la impaciencia. Me he maquillado y todo. Nunca lo había hecho tan a conciencia, porque maquilladas vamos todas, algunas como puertas, pero hoy me lo he currado a conciencia.
- Pero que guapa has venido hoy, Marisa. Pareces una princesa. ¡Qué digo! ¡Pareces una reina y todo!
- Gracias, Juanjo. Es que hoy es un día especial.
- ¡Vaya! ¿Quién es el afortunado?
- Nada, tú déjame. Además, no le conoces. No seas cotilla.
- ¡Jo! ¿Quién pudiera?
- ¡Anda, adulador!
Pero, ¿será posible? Hoy que me he puesto mis mejores galas para pedirla salir, la veo flirteando con ese tío feo. ¡Maldita sea! ¡Va a ser su novio! No, si es que no me entero de nada. ¡Qué rabia! No vuelvo a este Supermercado. A partir de ahora compro el pan en la panadería como todo el mundo. Si es que no doy una. Te juro que no vuelvo a comprar en este Supermercado.
¡Qué guapo ha venido Manuel! Pero, ¿qué hace? No pasa por mi caja y estoy sin cola. Además, Juanjo ya se ha ido y podríamos haber hablado tranquilamente. ¡Era la oportunidad de mi vida! Ha pagado y ni mira para atrás. No, si es que me hago pajas mentales. El Súper es para trabajar y no para ligar. ¡Qué asco!
¡Qué guapa está hoy Marisa! Porque se llama Marisa. Eso lo sé por la plaquita que llevan en el pecho las cajeras del Súper de mi Barrio.
¡Sólo hoy, las latas de conserva de atún a mitad de precio!
Aquí me escondo para verla con disimulo. En el pasillo de detergentes se la ve sin que nadie me moleste. El reponedor se preguntará ¿qué busca este muchacho en este lado si luego no coge nada? Yo lo que busco es que se fije en mí, pero me da miedo que luego se piense algo raro y quede mal. No, mejor lo dejo por hoy y me voy a casa. Haré la cola en su caja y la miraré. ¡Vaya cola que hay en su caja! Es que es la más rápida y la gente se lo sabe. En fin, no importa esperar. Este es el mejor momento del día.
Ahí está él. No se cómo se llama, pero viene todos los días a comprar el pan. Lo curioso es que al lado del Súper hay una panadería que hace un pan riquísimo. A mí me da igual. Lo que me gusta es que venga a comprar aquí, porque está buenísimo. Es muy majo. Si fuese más valiente, a este me lo comía todo.
- ¡Niño! No cojas las golosinas, que no te las pienso coger.
- ¡Jo, Mamá! Que yo quierooo.
Ya me toca a mí. Le diré algo. ¿Qué le digo? ¡Ah, sí, ya sé!
- Oye, perdona, ¿sabes si mañana habrá alguna oferta en panadería?
- Pues, la verdad es que eso no lo sé. Son cincuenta y cinco céntimos, caballero.
- ¡Ah, bueno!, aquí tienes. Adiós.
- Adiós.
La verdad es que reponer es algo menos cansado que la caja, pero qué quieres que te diga. A mí me gusta más lo otro y además lo hago sentada. A ver, los encurtidos variados aquí. ¡Anda que no hay historias!
- Oye, perdona.
Anda, el chico del pan. Si es que está como el ídem. ¡Joder y yo con estas pintas, aquí agachada! ¡Me va a ver las raíces del teñido!
- Oye, esto, que si, que si ¿estos son los pepinillos más gordos que tenéis?
Joder.
- Sí, creo que sí.
Lo que creo es que me he puesto colorada. Mira que preguntarme por los pepinillos. Me ha entrado un sofoco que no veas.
Me cagüen la leche. Sólo a mí se me ocurre preguntarle por estas chorradas. Es como si le pregunto a una chica en el Chat que si quiere salir conmigo y la foto que le envió es la de mi nardo. Así no ligo yo, así no ligo. Me voy follao a la caja y me las piro.
La verdad es que las chicas del Súper están cañón. Dice mi amigo Pedro que los gerentes que contratan a las cajeras son de la ONCE, porque las contratan “al tacto”. Sea lo que sea, con Marisa dieron en el pleno. Es guapísima y dulce. Además, que está muy buena. No es una niña enclenque como las que despachan en la peluquería de mi tía, que no tienen por donde agarrar. La verdad es que a mí me gustan más las mujeres de antes. Mi padre tiene en el camión una foto de la Kim Bassinger de impresión. Y el caso es que el calendario hace ya muchos años que se acabó, pero mi viejo no la quita ni para atrás.
- No olviden pasar por la sección de carnicería. Ofertas en todo tipo de carnes. La ternera a la mitad de precio sólo hoy y sólo en nuestro Supermercado.
Hoy me he enterado de cómo se llama. Se llama Manuel. Ha venido por la caja con más cosas que las de costumbre, es decir; el pan, y ha tenido que pagar con tarjeta. La verdad es que salía muy feote en la foto, pero me da igual. Las cajeras estamos acostumbradas a ver carnés a todas horas, seguro que más que los polis. Manuel. Por fin le puedo llamar por su nombre, aunque aún no me atrevo a lanzarme. Como pase de mí y me tire a la piscina, lo mismo me quedo sin trabajo.
- Oye, guapa. ¿Espabilas o qué? No tengo todo el día.
- Sí, disculpe señora. Tenga su ticket.
Manuel ha entrado hoy como de costumbre a comprar el pan. Le he visto algo tristón. Me ha dado lastimita. Pobrecito, ¡si es que parece un osito de peluche! Me gustaría cogerlo y achucharlo, pobrecito mío.
Menudo día llevo. El trabajo ha sido un infierno y para colmo Marisa ni me ha mirado. Jo, si le gustase se habría dado cuenta de lo matado que iba. No sé por qué me obsesiono, si ella va a pasar de mí. Como todas. Pero esta ve me encantaría que saliese bien. ¡Imagínate los titulares! Cajera enamorada de cliente mindundi consigue a su Don Juan. ¿O era Romeo? No sé, como en el insti me hacían los trabajos. Nunca me leí los libros, para qué si son un rollo.
- Paquetes de Kleenex, tres por dos. Lleve tres y pague sólo dos. Ofertas como ésta, sólo en nuestro Supermercado.
¡Qué guapa estaba hoy! Bueno, siempre va igual. Pero es que a mí me da un vuelco el corazón cada vez que la veo. Mira, hoy no está en la caja. Voy a ser valiente y le voy a decir algo.
- Oye, perdona. ¿Sabes si la oferta de conservas sigue aún?
- Sí, creo que sí.
- Gracias, guapa.
Lo tengo decidido, mañana me declaro y la llevo al cine a ver esa de Tarantino. Vendré todo lo guapote que pueda.
¡Me ha llamado guapa! No puedo más. Creo que está por mí. La próxima vez que le vea le digo si puedo hablar con él y le pido salir. Mañana, seguro. Estoy más que convencida de que le gusto. No puedo fallar. Vendré todo lo guapa que pueda.
- No dude en aprovechar nuestras oferta. Sólo en nuestro Supermercado encontrará el kilo de naranjas a un euro.
Estoy hipercontenta. No puedo más de la impaciencia. Me he maquillado y todo. Nunca lo había hecho tan a conciencia, porque maquilladas vamos todas, algunas como puertas, pero hoy me lo he currado a conciencia.
- Pero que guapa has venido hoy, Marisa. Pareces una princesa. ¡Qué digo! ¡Pareces una reina y todo!
- Gracias, Juanjo. Es que hoy es un día especial.
- ¡Vaya! ¿Quién es el afortunado?
- Nada, tú déjame. Además, no le conoces. No seas cotilla.
- ¡Jo! ¿Quién pudiera?
- ¡Anda, adulador!
Pero, ¿será posible? Hoy que me he puesto mis mejores galas para pedirla salir, la veo flirteando con ese tío feo. ¡Maldita sea! ¡Va a ser su novio! No, si es que no me entero de nada. ¡Qué rabia! No vuelvo a este Supermercado. A partir de ahora compro el pan en la panadería como todo el mundo. Si es que no doy una. Te juro que no vuelvo a comprar en este Supermercado.
¡Qué guapo ha venido Manuel! Pero, ¿qué hace? No pasa por mi caja y estoy sin cola. Además, Juanjo ya se ha ido y podríamos haber hablado tranquilamente. ¡Era la oportunidad de mi vida! Ha pagado y ni mira para atrás. No, si es que me hago pajas mentales. El Súper es para trabajar y no para ligar. ¡Qué asco!
Relato escrito para la clase del dieciocho de octubre de 2007.
4 comments:
Ay Valentín, triste me has dejado, pero que trabajo te hubiera costado que hubieran termindao hablando, menuda desilusión el domingo que me espera ahora sin ilusión de ningún tipo.
Que lástima, con lo bien que está escrito.
La tarea era hacer un relato de amor con diálogos y monólogos de cada personaje.
Y lo que quise hacer era un relato de humor. ¿No te ha pasado algo así?
Pues está muy bien.
Y, sí, deja un regusto de tristeza por lo que pudo haber sido.
Pero la vida es así... todo depende de muchas casualidades.
No sé, para mí es trajicómico. Es tonto ver cómo la incomunicación nos juega malas pasadas.
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