24. ¡Luz Sólida!
Ramón San Miguel y José Carlos Canalda coinciden a la hora de apreciar estas novelas como una de las más interesantes de la Saga. Yo recuerdo con emoción a los Sadritas por la aventura a la que nos lleva su aparición terrible en el sistema solar.
Desde la anterior entrega de la Saga, Enguídanos publicó dos aventuras independientes de ciencia ficción que no tenían nada que ver con un Aznar. Y cuando volvió, lo hizo con ganas.
Un joven Miguel Ángel Aznar, en misión en Urano, es testigo de la llegada de un buen montón de autoplanetas al sistema solar. Se trata lo típico en estas situaciones. Primero un acercamiento diplomático y después un ataque. Los misiles se topan con unas naves espaciales llamadas Omegas que para los más jóvenes nos recuerdan a las naves Cylones de la nueva serie de Galactica. De hecho es así como me las imagino. El arma exitosa de las tropas extraterrestres es un rayo de luz que Enguídanos llama sólida. Un rayo láser de gran potencia.
Curiosamente, los Sadritas se instalan en Urano y envían embajada para pedir quedarse con el planeta y cohabitar con los humanos en el sistema solar. Cualquiera que haya leído una novela de la saga, sabrá que no hay marcianito limpio en el universo. Desconfiemos.
Lo único bueno, es que Miguel Ángel Aznar hijo es capaz de rescatar a los supervivientes del desastre espacial. Tenemos los españoles siempre un Trafalgar en la cabeza cuando damos por hecho que podemos defender nuestras posiciones con facilidad.
25. Hombres de titanio.
Miguel Ángel Aznar consigue robar un prototipo de arma de luz sólida y los humanos se dedican a copiarlo.
Por otra parte, los científicos descubren que el sol es mortal para los sadritas. Tienen un ejemplar y han comprobado que su estructura molecular se basa en el titanio (de ahí el título) y que para ellos lo mejor sería un sol de helio. ¿Para qué quieren vivir en el sistema solar?
Los sadritas son pulpos pequeñitos. Yo me los imagino como los marcianos de La Guerra de los Mundos y parece que no son muy diferentes. Así que tiremos con esta simplificación.
La aventura empieza cuando un comando liderado por Miguel Ángel Aznar hijo se arriesga a rescatar a los prisioneros que han hecho los sadritas. Hay más o menos éxito, según se mire, porque sólo rescatan a Miguel Ángel Aznar padre (mi Aznar favorito) y tienen que huir y esconderse en el propio Urano (bueno, en Oberón, una luna).
26. ¡Ha muerto el sol!
El título de esta novela no podía ser más explícito. Nuestros protagonistas han vuelto de Oberón. Y no pueden hacer nada por evitar que el Sol se convierta en una bola incandescente de helio. La Tierra está a punto de desaparecer, porque el nuevo sol ocupa hasta la órbita de Venus.
La vida es imposible para los seres basados en el carbono. Así que toca un segundo Exilio. Dos expediciones, una a Redención y otra a los planetas Thorbod, se lleva a la totalidad de la humanidad que ha sobrevivido al cataclismo.
Pero, claro, las cosas no pueden quedar así. Hay que vengarse de los sadritas. Y como cabía esperar, nos dan “pal pelo”. Miguel Ángel hijo toma las riendas de la flota atacante. Ahora las cosas se ponen del lado de los valeranos, pero no sirve de mucho. Los sadritas aún siguen por ahí y no hay nada que hacer (por el momento) por el sistema solar. Miguel Ángel dirige su expedición a los planetas Thorbod. Curiosamente, su prometida se va en otra dirección. Parece que la mala suerte de los Aznar se repite.
Una vez más, agradecer a José Carlos Canalda la oportunidad de decorar las entradas sobre la Saga con las portadas originales y con sus entradas que me han servido de guión.
Ramón San Miguel y José Carlos Canalda coinciden a la hora de apreciar estas novelas como una de las más interesantes de la Saga. Yo recuerdo con emoción a los Sadritas por la aventura a la que nos lleva su aparición terrible en el sistema solar.
Desde la anterior entrega de la Saga, Enguídanos publicó dos aventuras independientes de ciencia ficción que no tenían nada que ver con un Aznar. Y cuando volvió, lo hizo con ganas.
Un joven Miguel Ángel Aznar, en misión en Urano, es testigo de la llegada de un buen montón de autoplanetas al sistema solar. Se trata lo típico en estas situaciones. Primero un acercamiento diplomático y después un ataque. Los misiles se topan con unas naves espaciales llamadas Omegas que para los más jóvenes nos recuerdan a las naves Cylones de la nueva serie de Galactica. De hecho es así como me las imagino. El arma exitosa de las tropas extraterrestres es un rayo de luz que Enguídanos llama sólida. Un rayo láser de gran potencia.
Curiosamente, los Sadritas se instalan en Urano y envían embajada para pedir quedarse con el planeta y cohabitar con los humanos en el sistema solar. Cualquiera que haya leído una novela de la saga, sabrá que no hay marcianito limpio en el universo. Desconfiemos.
Lo único bueno, es que Miguel Ángel Aznar hijo es capaz de rescatar a los supervivientes del desastre espacial. Tenemos los españoles siempre un Trafalgar en la cabeza cuando damos por hecho que podemos defender nuestras posiciones con facilidad.
25. Hombres de titanio.
Miguel Ángel Aznar consigue robar un prototipo de arma de luz sólida y los humanos se dedican a copiarlo.
Por otra parte, los científicos descubren que el sol es mortal para los sadritas. Tienen un ejemplar y han comprobado que su estructura molecular se basa en el titanio (de ahí el título) y que para ellos lo mejor sería un sol de helio. ¿Para qué quieren vivir en el sistema solar?
Los sadritas son pulpos pequeñitos. Yo me los imagino como los marcianos de La Guerra de los Mundos y parece que no son muy diferentes. Así que tiremos con esta simplificación.
La aventura empieza cuando un comando liderado por Miguel Ángel Aznar hijo se arriesga a rescatar a los prisioneros que han hecho los sadritas. Hay más o menos éxito, según se mire, porque sólo rescatan a Miguel Ángel Aznar padre (mi Aznar favorito) y tienen que huir y esconderse en el propio Urano (bueno, en Oberón, una luna).
26. ¡Ha muerto el sol!
El título de esta novela no podía ser más explícito. Nuestros protagonistas han vuelto de Oberón. Y no pueden hacer nada por evitar que el Sol se convierta en una bola incandescente de helio. La Tierra está a punto de desaparecer, porque el nuevo sol ocupa hasta la órbita de Venus.
La vida es imposible para los seres basados en el carbono. Así que toca un segundo Exilio. Dos expediciones, una a Redención y otra a los planetas Thorbod, se lleva a la totalidad de la humanidad que ha sobrevivido al cataclismo.
Pero, claro, las cosas no pueden quedar así. Hay que vengarse de los sadritas. Y como cabía esperar, nos dan “pal pelo”. Miguel Ángel hijo toma las riendas de la flota atacante. Ahora las cosas se ponen del lado de los valeranos, pero no sirve de mucho. Los sadritas aún siguen por ahí y no hay nada que hacer (por el momento) por el sistema solar. Miguel Ángel dirige su expedición a los planetas Thorbod. Curiosamente, su prometida se va en otra dirección. Parece que la mala suerte de los Aznar se repite.
Una vez más, agradecer a José Carlos Canalda la oportunidad de decorar las entradas sobre la Saga con las portadas originales y con sus entradas que me han servido de guión.
3 comments:
Que gracia me hacen tus entradas sobre la saga, no puedo evitarlo
un abrazo
con esas historias del espacio recuerdo a Fermin con sus madelmans, la verdad es que a mi tb me enspiran para hacer algun diorama. un saludo.
Juan, no te me quedes sólo con lo de que son Aznares... ¡es una saga estupenda!
Y King, puedes ver imágenes de la saga en muchos sitios.
En http://picasaweb.google.com/thorbod tienes para un buen rato.
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