Contaba con seis episodios, de los cuales sólo cuento con esta “Aventura del guiñol”, basada en el encuentro de Marco y la familia de Titiriteros de Peppino (así, con mayúsculas, porque fueron los únicos que de verdad ayudaron a Marco en su búsqueda).
Aquí podéis leer la historia.
Aquí podéis leer la historia.
Como fue costumbre en los Kalkitos, la parte posterior siempre tenía algún texto explicativo que ayudaba a entender al niño la panorámica que acababa de decorar (porque nunca se leía, si se leía, antes de haberlo calcado todo, que era algo muy impulsivo). El afán pedagógico y educativo de los juguetes y productos infantiles de la época.
2 comments:
Hola, Valentín, soy Urko, pero aquí te estoy comentando con mi otro perfil de blogger, el que tiene mi nombre real.
He puesto otro enlace a Tonnerre de Brest en Contrapoeticam, que es mi otro blog pero no de recuerdos, sino de poesía y de literatura.
Estos kalkitos de Marco tampoco los conocía yo. Y aunque digas que no están bien calcadas en su sitio, no te imaginas lo mal que calcaba yo mis soldados de Okinawa en el Kalkitos de ese tema que yo tuve.
¡Muchas gracias por el enlace!
La verdad es que ni me acordaba de este kalkito hasta que lo volví a ver hace unas semanas, en una caja de juguetes donde tenía guardadas las caretas.
Éramos todos un desastre, pero no importaba. Nos lo pasábamos muy bien y algo aprendíamos (al menos perspectiva).
Por cierto, tengo un blog olvidado en el que publiqué mis relatos. Por si ten interesa, está en http://miniliteratura.blogspot.com/ Es bastante castaña, pero me entretuvo hacer el taller de creación litearia.
Por cierto, no encuentro los madelman que representan escenas de las crónicas marcianas.
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