Continuamos con la historia del cine de animación español, esta vez los años cincuenta, tercer capítulo del libro de María Luisa Martínez Barnuevo. Los hermanos Baguñá, junto con José Benet crean en 1949 Estela Films, haciendo renacer de sus cenizas al equipo creado para Dibujos Animados Chamartín. El primer proyecto fue La Cenicienta, pero tuvo que cambiar el nombre porque al mismo tiempo la Disney estaba haciendo su propia Cenicienta. No hubo acuerdo con ellos, así que la película se llamó Érase Una Vez. En un año se estrenó la película, con argumento de Escobar y empleando la imagen real como guía para los dibujos.
Por lo que fuese, la película funcionó bien, ganó incluso en la Biennale de Venecia de ese año, pero la empresa no siguió. Sólo hicieron esta producción y se disolvió.
Dos años después, en 1952 Balet y Blay hicieron Los Sueños de Tay-Pi. Tras el fracaso de Alegres Vacaciones, la segunda parte de Garbancito de la Mancha, intentaron una película a base de números musicales. Pero la cosa fue igual de mal.
Los hermanos Baguñá empiezan una nueva compañía tras la disolución de Chamartín. Empiezan con animación para la publicidad y para cortos educativos. Tras unos años, hasta 1961, esta empresa se cerró.
Okal
Publicidad de fármacos de los años 60 – 70
[vía kioskerodelantifaz]
Unos estudios, los Estudios Moro, se asocian con una distribuidora, Movierecord. Empiezan por la publicidad, con un estilo similar al de Disney. Fue la cosa tan bien que pudieron competir a nivel mundial. La empresa creció muchísimo, recibiendo encargos de muchos países. Con estos buenos resultados y contando con una infraestructura grande, hicieron dos películas: El Sombrero (1964) y El Gripoterio (1972), pero se les recuerda más por su labor publicitaria, el strip-tease de una gallina en Burlesque y la familia Telerín y su ¡Vamos a la cama!
Vamos a la cama - Familia Telerin
[vía chetepal]
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