31. Universo Remoto.
Recordaréis que Valera es ya una entidad independiente tanto de la Tierra como de Redención, los otros dos focos de la humanidad. Valera viaja por el espacio, con sus habitantes dormidos, crionizados, para alcanzar un destino remoto de donde proceden señales de radio rarísimas. A falta de otros objetivos (Nahum, los Planetas Thorbod y los Sadritas han sido eliminados, o eso se cree) los valeranos se embarcan en una nueva aventura.
Hay muchas interesantes en este cambio de década, en esta segunda parte de la saga. La primera y más llamativa es el estilo de Enguídanos. Escribe tan fluido como antes, pero el idioma se reforma, rejuvenece y parece más cercano al lector. No hay verbos en reflexivo, las palabras son comunes, sin términos rebuscados y la redacción se vuelve algo más ligera. Para muchos esta parte de la saga es la mejor. Creo que no tienen razón, que el final de la primera parte es absolutamente genial y que esta segunda parte es genial a secas. Probablemente esta reforma del lenguaje sea la causa de estos elogios a la segunda parte.
La otra novedad, que ya se veía venir en los últimos números de la primera parte, es que los Aznar ya no son bien vistos en Valera. Todos recuerdan que son demasiado altivos, demasiado arriesgados, demasiado bondadosos y en último término, demasiado militaristas. Los nuevos valeranos son humanos de verdad. Tienen defectos a porrillo que engrandecen las virtudes que manifiestan. Es un cambio de paradigma. Los Aznar pasan de personajes super-heroicos al estilo pulp a valientes incomprendidos.
Más novedades. Tenemos a un nuevo Miguel Ángel Aznar, un heredero del nombre y apellido de aquel que comenzó la saga. Y por primera vez, va a ser el protagonista del resto de novelas. Todas para él. Le veremos crecer, desde un personajillo más, otro valerano, a un grandísimo Aznar. Seguidme en el camino.
Pues bien, los valeranos despiertan de su letargo, para encontrarse que su autoplaneta está hecho una guarrería. Tres siglos sin servicio de limpieza ha vuelto las calles de Nueva Madrid en un sitio tipo postapocalíptico. Lo mejor, la descripción de las calles que hace Enguídanos.
En el exterior, Valera ha llegado al lugar de las señales. Un planeta que más que un planeta es una órbita. Todo un círculo entorno al sol. No, no es mundo anillo, es… bueno, ya lo descubriremos.
La situación en Valera, políticamente hablando, se enrarece. Los dos bandos de valeranos (los militares y científicos frente a los civiles) luchan y los Aznar pierden. Algo que se va a volver tradición. Enguídanos repite de nuevo la jugada. Los vencidos son exiliados al planetillo.
Allí se enfrentan a unas naves desconocidas. Para complicar más aún las cosas, en Valera una epidemia está diezmando a la población y, como no son muy listos, los médicos y científicos están todos exiliados.
Miguel Ángel, como buen Aznar, es un líder nato y toma las riendas de la situación. Él es el que consigue la muestra que sirve para hacer la vacuna.
Continuará.
32 Tierra de Titanes.
En Valera, la población se recupera de la pandemia. Y Miguel Ángel es más jefe que nunca. Nuevo Almirante, ni más ni menos.
Ahora toca mirar hacia el circumplaneta. La visita de las naves valeranas, la avanzadilla que va a comprobar la viabilidad de la vida humana en el nuevo emplazamiento, es derribada por un rallo gravitacional que las deja caer como piedras.
Detrás de esos rayos está una sociedad de insectos que tiene pinta de mantis religiosa y que viven en ciudades colmena y subterráneas. Miguel Ángel ha caído con una de las naves y le toca vivir una aventura en una selva hostil. Los náufragos por tierra y el resto de naves por aire, atacan a las mantis y les dan matarife sin problema. Está claro que no puede proceder la señal de radio de una sociedad tan primitiva. Más aventuras el próximo volumen.
Reitero mi agradecimiento a Canalda por la posibilidad de incluir sus imágenes de las portadas para ilustrar esta entrada.
Recordaréis que Valera es ya una entidad independiente tanto de la Tierra como de Redención, los otros dos focos de la humanidad. Valera viaja por el espacio, con sus habitantes dormidos, crionizados, para alcanzar un destino remoto de donde proceden señales de radio rarísimas. A falta de otros objetivos (Nahum, los Planetas Thorbod y los Sadritas han sido eliminados, o eso se cree) los valeranos se embarcan en una nueva aventura.
Hay muchas interesantes en este cambio de década, en esta segunda parte de la saga. La primera y más llamativa es el estilo de Enguídanos. Escribe tan fluido como antes, pero el idioma se reforma, rejuvenece y parece más cercano al lector. No hay verbos en reflexivo, las palabras son comunes, sin términos rebuscados y la redacción se vuelve algo más ligera. Para muchos esta parte de la saga es la mejor. Creo que no tienen razón, que el final de la primera parte es absolutamente genial y que esta segunda parte es genial a secas. Probablemente esta reforma del lenguaje sea la causa de estos elogios a la segunda parte.
La otra novedad, que ya se veía venir en los últimos números de la primera parte, es que los Aznar ya no son bien vistos en Valera. Todos recuerdan que son demasiado altivos, demasiado arriesgados, demasiado bondadosos y en último término, demasiado militaristas. Los nuevos valeranos son humanos de verdad. Tienen defectos a porrillo que engrandecen las virtudes que manifiestan. Es un cambio de paradigma. Los Aznar pasan de personajes super-heroicos al estilo pulp a valientes incomprendidos.
Más novedades. Tenemos a un nuevo Miguel Ángel Aznar, un heredero del nombre y apellido de aquel que comenzó la saga. Y por primera vez, va a ser el protagonista del resto de novelas. Todas para él. Le veremos crecer, desde un personajillo más, otro valerano, a un grandísimo Aznar. Seguidme en el camino.
Pues bien, los valeranos despiertan de su letargo, para encontrarse que su autoplaneta está hecho una guarrería. Tres siglos sin servicio de limpieza ha vuelto las calles de Nueva Madrid en un sitio tipo postapocalíptico. Lo mejor, la descripción de las calles que hace Enguídanos.
En el exterior, Valera ha llegado al lugar de las señales. Un planeta que más que un planeta es una órbita. Todo un círculo entorno al sol. No, no es mundo anillo, es… bueno, ya lo descubriremos.
La situación en Valera, políticamente hablando, se enrarece. Los dos bandos de valeranos (los militares y científicos frente a los civiles) luchan y los Aznar pierden. Algo que se va a volver tradición. Enguídanos repite de nuevo la jugada. Los vencidos son exiliados al planetillo.
Allí se enfrentan a unas naves desconocidas. Para complicar más aún las cosas, en Valera una epidemia está diezmando a la población y, como no son muy listos, los médicos y científicos están todos exiliados.
Miguel Ángel, como buen Aznar, es un líder nato y toma las riendas de la situación. Él es el que consigue la muestra que sirve para hacer la vacuna.
Continuará.
32 Tierra de Titanes.
En Valera, la población se recupera de la pandemia. Y Miguel Ángel es más jefe que nunca. Nuevo Almirante, ni más ni menos.
Ahora toca mirar hacia el circumplaneta. La visita de las naves valeranas, la avanzadilla que va a comprobar la viabilidad de la vida humana en el nuevo emplazamiento, es derribada por un rallo gravitacional que las deja caer como piedras.
Detrás de esos rayos está una sociedad de insectos que tiene pinta de mantis religiosa y que viven en ciudades colmena y subterráneas. Miguel Ángel ha caído con una de las naves y le toca vivir una aventura en una selva hostil. Los náufragos por tierra y el resto de naves por aire, atacan a las mantis y les dan matarife sin problema. Está claro que no puede proceder la señal de radio de una sociedad tan primitiva. Más aventuras el próximo volumen.
Reitero mi agradecimiento a Canalda por la posibilidad de incluir sus imágenes de las portadas para ilustrar esta entrada.
2 comments:
Tierra de titanes fue el primer librito de la Saga que cayó en mis manos, y que me dejó total e irremediablemente enganchado. Es de las historias más entretenidas de la Saga. Tiene aventuras, emoción, un nuevo y espectacular mundo que explorar, unos alienígenas terribles (las mantis) un misterio por descubrir... y además, los protas eran españoles (o descendientes de españoles), con nombres españoles en vez de ingleses... Fue todo un descubrimiento.
Despues de la trilogía de Luz Sólida, esta parte desde Universo remoto hasta Puente de Mando es la parte que más me gusta de la Saga.
Yo también la encuentro interesante. No puedo negar que el cambio en el estilo facilita mucho la lectura.
Tenemos unos cuantos números para llegar a Puente de mando. Veremos cómo evoluciona el personaje.
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