De esta historia igual no os acordáis. Fue una serie de éxito en Televisión en 1978. Yo no la pude ver porque la emitían los domingos a las diez de la noche y yo ya tenía que estar acostado (tenía seis años, jo).
Aunque no pude verla (y aún no la he visto), todos los niños nos sabíamos las aventuras de Lin Chung y compañía contra el malvado Kao Chiu.
Esta colección se podía conseguir comprando productos de Panrico. Hay que hacer un repaso, veamos. Grisines son los colines de ahora, El corsario Negro tenía un anuncio de dibujos animados muy chulo. Furia y mio eran unos pastelitos más grandes y Tronkito y Tronko moka eran como los gitanitos de Ortiz, un rollito cubierto de chocolate. Nada de esto queda. ¡Qué tiempos cuando la elección de pastelitos no se limitaba a Bimbo!
La historia era la de Robin Hood pero con diferencias. Se basaba en una leyenda tradicional china. Los malos estaban a las órdenes de Kao Chiu y se dedicaban a aterrorizar a la población, mientras su jefe secuestraba al Emperador. Como no podían soportar tanta injusticia, unos valientes del sur (se supone que esa provincia se llamaba la Frontera Azul y de ahí el nombre) se levantaron contra los atropellos. El líder era Lin Chung, al que veis en prisión por defender a los habitantes de una aldea.
Junto al protagonista, estaba un grupo de luchadores de artes marciales. El que más nos gustaba era Shih Chin (no, no es Sinchán, señora) por los tatuajes y los patadones en el aire (que no pudiésemos ver la serie no quería decir que no la anunciasen a horas en las que estábamos despiertos los niños). Como podéis comprobar, no la tengo completa, ya que costaba mucho hacerse con los cromos (había que consumir pastelitos a mansalva).
Después de muchos combates, encarcelamientos y peleas en solitario, los buenos cercan cada vez mas a Kao Chiu que se ve obligado a replegarse y dirigirse al sitio donde está el Emperador retenido.
[via Alberto Lagun]
Aunque no pude verla (y aún no la he visto), todos los niños nos sabíamos las aventuras de Lin Chung y compañía contra el malvado Kao Chiu.
Esta colección se podía conseguir comprando productos de Panrico. Hay que hacer un repaso, veamos. Grisines son los colines de ahora, El corsario Negro tenía un anuncio de dibujos animados muy chulo. Furia y mio eran unos pastelitos más grandes y Tronkito y Tronko moka eran como los gitanitos de Ortiz, un rollito cubierto de chocolate. Nada de esto queda. ¡Qué tiempos cuando la elección de pastelitos no se limitaba a Bimbo!
La historia era la de Robin Hood pero con diferencias. Se basaba en una leyenda tradicional china. Los malos estaban a las órdenes de Kao Chiu y se dedicaban a aterrorizar a la población, mientras su jefe secuestraba al Emperador. Como no podían soportar tanta injusticia, unos valientes del sur (se supone que esa provincia se llamaba la Frontera Azul y de ahí el nombre) se levantaron contra los atropellos. El líder era Lin Chung, al que veis en prisión por defender a los habitantes de una aldea.
Junto al protagonista, estaba un grupo de luchadores de artes marciales. El que más nos gustaba era Shih Chin (no, no es Sinchán, señora) por los tatuajes y los patadones en el aire (que no pudiésemos ver la serie no quería decir que no la anunciasen a horas en las que estábamos despiertos los niños). Como podéis comprobar, no la tengo completa, ya que costaba mucho hacerse con los cromos (había que consumir pastelitos a mansalva).
Después de muchos combates, encarcelamientos y peleas en solitario, los buenos cercan cada vez mas a Kao Chiu que se ve obligado a replegarse y dirigirse al sitio donde está el Emperador retenido.
El ejercito (que está dirigido por Liang Shan Po) tiene cercados a los pocos seguidores del malo malísimo.
Cuando están a punto de matar al Emperador, una flecha certera acaba con las aspiraciones de poder de Kao Chiu y, en combate singular), Lin Chung da muerte a Kao Chiu.
En fin, este es mi repaso de esta serie a través de los cromos. Lo que me fascina es cómo se pudo familiarizar nadie en aquella época con los nombres originales. Me he leído la historia y son un montón. Era facilísimo perderse. Pero, claro, entonces sólo había una cadena y media (el UHF, hoy la 2, transmitía poquísimo y no en todos los lugares se podía ver) y ya se sabe, a menor oferta, menor demanda (¿o era al revés?).
Aquí unos enlaces para leer más sobre la Frontera Azul.
Las grandes series nunca mueren.
Revista Kane.
Viaje a las Pléyades
Y un embed del opening de la serie. ¡Tremendo!
En fin, este es mi repaso de esta serie a través de los cromos. Lo que me fascina es cómo se pudo familiarizar nadie en aquella época con los nombres originales. Me he leído la historia y son un montón. Era facilísimo perderse. Pero, claro, entonces sólo había una cadena y media (el UHF, hoy la 2, transmitía poquísimo y no en todos los lugares se podía ver) y ya se sabe, a menor oferta, menor demanda (¿o era al revés?).
Aquí unos enlaces para leer más sobre la Frontera Azul.
Las grandes series nunca mueren.
Revista Kane.
Viaje a las Pléyades
Y un embed del opening de la serie. ¡Tremendo!
[via Alberto Lagun]
2 comments:
¡Muchas gracias por el enlace!.
Una de mis series favoritas, junto a Kung Fu, todavía me acuerdo del malísimo Kao Chiu y los buenos Lin Chung(¡qué grande!), Hu San Niang(vaya mujer con sus dos espadas..), etc..
He buscado esta serie en muchos sitios, pero sólo la he encontrado en inglés, espero ahora que están reeditando muchas series antiguas lo hagan con esta..
Un saludo.
Eso mismo espero yo, Antares. Me encantaría ver esta serie (no la pude ver en su momento). Y espero también Orzowei, que me encantará volver a verla, sobre todo ahora que han reeditado el libro y se ve por todos los lados.
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