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El cine de animación en España es un fantástico libro en el que los aficionados a la animación podemos profundizar en la historia de este arte en nuestro país. Como dice la autora, María Luisa Martínez Barnuevo, la necesidad de hacer este libro surgió cuando trataba de afrontar un análisis y catalogación del cine de animación español de la década de los noventa. Para ello era necesario ver todo. Desde el origen hasta las técnicas y las posibilidades de un artista que pretenda hacer animación. Una tarea enorme que la autora resume magistralmente en este pequeño volumen.
Por un lado, tengo la necesidad de compartir con vosotros esta estupenda obra, pero también me ocurre lo mismo que con el libro de Animación Ilimitada. Muchas de las obras y de los autores mencionados son verdaderos desconocidos para mi. Por eso buscaré en la red lo que pueda encontrar de ellos y compartirlo aquí. Pienso en esta serie de entradas (por el momento seis) como una educación en animación cercana. Posiblemente al ser este un país en el que es difícil ser profeta en la propia tierra, es necesario que fomentemos a estos autores y admiremos su obra como un legado que aún falta darle el reconocimiento que se merece.
Dice Juan Julio de Abajo de Pablos, el prologuista de la obra que “el dibujo animado crea espectadores. Niños que ven dibujos serán mañana cinéfilos que acudirán a la sala obscura a recrearse con un film de élite. Sucede idénticamente con los niños que son educados en la lectura.” Se pueden hacer muchos comentarios al respecto de esto, pero no hay duda de que es muy importante el papel de la animación en los niños. Ese punto nostálgico que siempre se ve en Tonnerre de Brest se deberá, puede ser, a mi afición desde la infancia a la animación y los cómics.
María Luisa Martínez Barnuevo comienza el viaje en 1908, con la animación de Émile Cohl, sin olvidar a James Stuart Blackton y a un posible precursor español, Segundo de Chomón con su Hotel Eléctrico, rodado en fotogramas de “paso de manivela”.
Émile Cohl realizó Fantasmagorie en 1908, mismo año en el que se pudo ver a obra de Segundo de Chomón y una año antes de Gertie el dinosaurio, de Winsor McCay (obra que pensaba yo, era la primera de las películas de animación).
Pero debemos centrarnos en Segundo de Chamón, precursor de la animación española y contemporáneo del primer cine de animación. Su mujer trabajó en París en el coloreado de fotogramas (un truco para dar color a las películas y que a mí me parece bellísimo). Después, de vuelta a Barcelona, Chamón aprovecha el tiempo libre para crear una película con la técnica del Stop-motion. Una pareja de turistas visita un hotel “moderno”, regido por la electricidad, pero la cosa se va de madre y los electrodomésticos cobran vida propia. Después de un buen montón de cortometrajes de animación producidos por la empresa de cinematografía Pathé, Chamón abandona su producción propia y se centra en el estudio de los efectos de color. La monumental Napoleón es testigo de los avances que Chamón aportó a los coloreados de los fotogramas.
Segundo de Chomon - El Hotel electrico
Un matrimonio llega a un hotel donde todo funciona automáticamente: la maleta se abre sola sobre la cama, despliega todo su contenido y luego este se introduce en los cajones; el cabello de la mujer es soltado y peinado por sí solo, sin que medie mano alguna; un cepillo lustra las botas del marido... Cuando el encargado de la maquinaria coge una borrachera, el orden del hotel se convertirá en un caos...
Director/Guión/Fotografía/Efectos especiales: Segundo de Chomón
Producción: Macaya y Marro o Pathé
Intérpretes: Señora de Chomón (Laura), Segundo de Chomón (Bertrán)
Nacionalidad y año: España 1905 ó Francia 1908 Duración y datos técnicos: 7 min. B/N.
[vía beathenrique]
Incohérencia del Color Segundo de Chomon
[vía fabioscacchioli]
En 1915, la productora barcelonesa Studio Films encargó a Juan Solá Mestres que dirigiese El Apache de Londres y un par de años más tarde, Fernando Marco dirigió para Mosquito Films otro corto, El Toro Fenómeno. Ese mismo año, 1917, un popular humorista gráfico, Joaquín Xaudaró creó Las Aventuras de Jim Trot para Momo Films (película que no se conserva). En 1920 Xaudaró volvió a la carga con La Fórmula del Doctor Nap.
Tardamos toda una década en encontrar más animación española. Y no es que no se demandase animación, porque fue el momento de mayor esplendor de los cortos de animación americanos (primero mudos y luego sonoros).
Sabemos que Xaudaró volvió a realizar una película en 1930 llamada Un Discípulo de Caco, pero tampoco se conserva. La SEDA (sociedad española de Dibujos Animados) se funda en 1932, con autores tan ilustres como Antonio Got, K-Hito (Ricardo García) y el propio Xaudaró. En dos años produjeron cuatro cintas de animación con un estilo que nada tenía que ver con el dibujo animado americano. Dichas películas se titulaban Falsa Noticia de Fútbol, En los Pasillos del Congreso, La Vampirosa Morros de Fresa (posiblemente K-Hito) y Serenata de (López Rubio, colaborador crítico con ese estilo tan diferente que les llevaría a no entrar en el gusto popular). La muerte de Xaudaró en 1933 marcó el final de la aventura. En ese año se estrenó la obra póstuma del fundador, llamada Un Drama en la Costa y otras dos película de K-Hito, El Rata Primero y Francisca, la Mujer Fatal.
Hay otras obras aisladas como la realizada por José María Martínez Romano y “Menda” (cuatro cortos). En 1934 José Escobar (sí el padre de Zipi y Zape) hace su primer corto, seguido por Salvador Mestres. Estaba claro que era posible hacer un estudio de animación en Barcelona. La animación comercial empieza también con la obra de Arturo Moreno, futuro realizador de Garbancito de la Mancha en la siguiente década, y con la de Serrà Massana.
La animación de marionetas, cuyo precursor, el ruso Ladislas Starevitch ya empleó a finales del siglo XIX, tiene su primer título con Arte, amor y estacazos de Pablo Béjar y Miguel Ramos. Pipo y Pipa en busca de Cocolín, de Adolfo Aznar no se pudo estrenar por el comienzo de la Guerra. Feliciano Pérez y Arturo Beringola sacan también en el 36 la película El Intrépido Raúl. Podría ser también que se hubiese hecho un par de obras con esta técnica un año antes y con la autoría de Salvador Gijón, pero no hay pruebas de ello.
Jaime Baguñá y Salvador Mestres crean una productora en plena Guerra Civil (1938). Se llamó Hispano Grafic Films. Esto se notaría en la posterior producción de animación tras la Guerra. La animación creada en Barcelona se hace con producción en serie, permitiendo continuidad, mientras que en Madrid o Valencia, las obras salen de la genialidad puntual de diversos autores autodidactas, pero sin continuidad. Como con el régimen franquista se practica en los primeros años el aislacionismo, la producción nacional es lo único que es posible consumir, fomentando la industria. De esta época destaca La Isla Mágica (1940) con el personaje Juanito Milhombres como protagonista de esta y otras películas. Hispano Grafic Films aguantó hasta 1942.
Escobar se asoció con Joaquín Muntañola y relalizaron Una Perrita para Dos y El Fakir González. Otras productoras se crearon en esta época, Dibsono Films, dirigida por Alejandro F. de la Reguera, Diario Films de Arola y Moreno. En Madrid un grupo compuesto por Morales, Mejías, Casenave, Acha y Aguirre crean tres películas. La última es a color, pero no pasa la censura. Otro grupo, compuesto por Tauler, Maortua y Bellón crean una serie de películas didácticas. Por último, Salvador Gijón se centra en la animación de marionetas.
En Valencia la compañía cinematográfica Cifesa organiza su propia división de animación con series de Quinito (personaje creado por Joaquín Pérez Arroyo) y otras taurinas, realizadas por José María Reyes y Carlos Rigalt.
Seguiremos la semana que viene con la década de los cuarenta.
Enlaces de interés sobre este libro y sobre la autora.
La reseña del libro en Fancy Ediciones.
Artículo en la revista Latina sobre otra obra de María Luisa Martínez Barnuevo: la animación española de largometraje.
Por un lado, tengo la necesidad de compartir con vosotros esta estupenda obra, pero también me ocurre lo mismo que con el libro de Animación Ilimitada. Muchas de las obras y de los autores mencionados son verdaderos desconocidos para mi. Por eso buscaré en la red lo que pueda encontrar de ellos y compartirlo aquí. Pienso en esta serie de entradas (por el momento seis) como una educación en animación cercana. Posiblemente al ser este un país en el que es difícil ser profeta en la propia tierra, es necesario que fomentemos a estos autores y admiremos su obra como un legado que aún falta darle el reconocimiento que se merece.
Dice Juan Julio de Abajo de Pablos, el prologuista de la obra que “el dibujo animado crea espectadores. Niños que ven dibujos serán mañana cinéfilos que acudirán a la sala obscura a recrearse con un film de élite. Sucede idénticamente con los niños que son educados en la lectura.” Se pueden hacer muchos comentarios al respecto de esto, pero no hay duda de que es muy importante el papel de la animación en los niños. Ese punto nostálgico que siempre se ve en Tonnerre de Brest se deberá, puede ser, a mi afición desde la infancia a la animación y los cómics.
María Luisa Martínez Barnuevo comienza el viaje en 1908, con la animación de Émile Cohl, sin olvidar a James Stuart Blackton y a un posible precursor español, Segundo de Chomón con su Hotel Eléctrico, rodado en fotogramas de “paso de manivela”.
Émile Cohl realizó Fantasmagorie en 1908, mismo año en el que se pudo ver a obra de Segundo de Chomón y una año antes de Gertie el dinosaurio, de Winsor McCay (obra que pensaba yo, era la primera de las películas de animación).
Pero debemos centrarnos en Segundo de Chamón, precursor de la animación española y contemporáneo del primer cine de animación. Su mujer trabajó en París en el coloreado de fotogramas (un truco para dar color a las películas y que a mí me parece bellísimo). Después, de vuelta a Barcelona, Chamón aprovecha el tiempo libre para crear una película con la técnica del Stop-motion. Una pareja de turistas visita un hotel “moderno”, regido por la electricidad, pero la cosa se va de madre y los electrodomésticos cobran vida propia. Después de un buen montón de cortometrajes de animación producidos por la empresa de cinematografía Pathé, Chamón abandona su producción propia y se centra en el estudio de los efectos de color. La monumental Napoleón es testigo de los avances que Chamón aportó a los coloreados de los fotogramas.
Segundo de Chomon - El Hotel electrico
Un matrimonio llega a un hotel donde todo funciona automáticamente: la maleta se abre sola sobre la cama, despliega todo su contenido y luego este se introduce en los cajones; el cabello de la mujer es soltado y peinado por sí solo, sin que medie mano alguna; un cepillo lustra las botas del marido... Cuando el encargado de la maquinaria coge una borrachera, el orden del hotel se convertirá en un caos...
Director/Guión/Fotografía/Efectos especiales: Segundo de Chomón
Producción: Macaya y Marro o Pathé
Intérpretes: Señora de Chomón (Laura), Segundo de Chomón (Bertrán)
Nacionalidad y año: España 1905 ó Francia 1908 Duración y datos técnicos: 7 min. B/N.
[vía beathenrique]
Incohérencia del Color Segundo de Chomon
[vía fabioscacchioli]
En 1915, la productora barcelonesa Studio Films encargó a Juan Solá Mestres que dirigiese El Apache de Londres y un par de años más tarde, Fernando Marco dirigió para Mosquito Films otro corto, El Toro Fenómeno. Ese mismo año, 1917, un popular humorista gráfico, Joaquín Xaudaró creó Las Aventuras de Jim Trot para Momo Films (película que no se conserva). En 1920 Xaudaró volvió a la carga con La Fórmula del Doctor Nap.
Tardamos toda una década en encontrar más animación española. Y no es que no se demandase animación, porque fue el momento de mayor esplendor de los cortos de animación americanos (primero mudos y luego sonoros).
Sabemos que Xaudaró volvió a realizar una película en 1930 llamada Un Discípulo de Caco, pero tampoco se conserva. La SEDA (sociedad española de Dibujos Animados) se funda en 1932, con autores tan ilustres como Antonio Got, K-Hito (Ricardo García) y el propio Xaudaró. En dos años produjeron cuatro cintas de animación con un estilo que nada tenía que ver con el dibujo animado americano. Dichas películas se titulaban Falsa Noticia de Fútbol, En los Pasillos del Congreso, La Vampirosa Morros de Fresa (posiblemente K-Hito) y Serenata de (López Rubio, colaborador crítico con ese estilo tan diferente que les llevaría a no entrar en el gusto popular). La muerte de Xaudaró en 1933 marcó el final de la aventura. En ese año se estrenó la obra póstuma del fundador, llamada Un Drama en la Costa y otras dos película de K-Hito, El Rata Primero y Francisca, la Mujer Fatal.
Hay otras obras aisladas como la realizada por José María Martínez Romano y “Menda” (cuatro cortos). En 1934 José Escobar (sí el padre de Zipi y Zape) hace su primer corto, seguido por Salvador Mestres. Estaba claro que era posible hacer un estudio de animación en Barcelona. La animación comercial empieza también con la obra de Arturo Moreno, futuro realizador de Garbancito de la Mancha en la siguiente década, y con la de Serrà Massana.
La animación de marionetas, cuyo precursor, el ruso Ladislas Starevitch ya empleó a finales del siglo XIX, tiene su primer título con Arte, amor y estacazos de Pablo Béjar y Miguel Ramos. Pipo y Pipa en busca de Cocolín, de Adolfo Aznar no se pudo estrenar por el comienzo de la Guerra. Feliciano Pérez y Arturo Beringola sacan también en el 36 la película El Intrépido Raúl. Podría ser también que se hubiese hecho un par de obras con esta técnica un año antes y con la autoría de Salvador Gijón, pero no hay pruebas de ello.
Jaime Baguñá y Salvador Mestres crean una productora en plena Guerra Civil (1938). Se llamó Hispano Grafic Films. Esto se notaría en la posterior producción de animación tras la Guerra. La animación creada en Barcelona se hace con producción en serie, permitiendo continuidad, mientras que en Madrid o Valencia, las obras salen de la genialidad puntual de diversos autores autodidactas, pero sin continuidad. Como con el régimen franquista se practica en los primeros años el aislacionismo, la producción nacional es lo único que es posible consumir, fomentando la industria. De esta época destaca La Isla Mágica (1940) con el personaje Juanito Milhombres como protagonista de esta y otras películas. Hispano Grafic Films aguantó hasta 1942.
Escobar se asoció con Joaquín Muntañola y relalizaron Una Perrita para Dos y El Fakir González. Otras productoras se crearon en esta época, Dibsono Films, dirigida por Alejandro F. de la Reguera, Diario Films de Arola y Moreno. En Madrid un grupo compuesto por Morales, Mejías, Casenave, Acha y Aguirre crean tres películas. La última es a color, pero no pasa la censura. Otro grupo, compuesto por Tauler, Maortua y Bellón crean una serie de películas didácticas. Por último, Salvador Gijón se centra en la animación de marionetas.
En Valencia la compañía cinematográfica Cifesa organiza su propia división de animación con series de Quinito (personaje creado por Joaquín Pérez Arroyo) y otras taurinas, realizadas por José María Reyes y Carlos Rigalt.
Seguiremos la semana que viene con la década de los cuarenta.
Enlaces de interés sobre este libro y sobre la autora.
La reseña del libro en Fancy Ediciones.
Artículo en la revista Latina sobre otra obra de María Luisa Martínez Barnuevo: la animación española de largometraje.
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4 comments:
Segundo de Chomón fue el inventor real de la animación, quizá sin quererlo ni pretenderlo, pero así fue. (Animación en el sentido amplio de la palabra. No me refiero concretamente a dibujos animados).
Se le atribuye erroneamente a James Stuart Blackton debido a que previamente a "El Hotel Eléctrico" de Chomón, realizó para Édison (el de la bombilla), la película titulada "The Enchanted Drawin" en la que un tipo dibujado cambiaba de expresión según las acciones que realizaba el propio Blackton, pero... no hay animación en ese film, simplemente hay cambio de personaje dibujado por corte de escena, pero no existe un solo paso de manivela fotograma a fotograma. Algo que muy previamente a él ya hizo Melies.
La animación... ocurre por primera vez en la película de Chomón en 1905, todo y que en 1906 Stuart Blackton contraatacó con "Humorous Phases of Funny Faces" y si que hay animación en esa película tras ver que el de Teruel le había tomado la delantera.
Aiiisssss... María luisa martinez... que no te enterasssss ;-)
Igual el fallo es mío, Sergi, ya que María Luisa Martínez Barnuevo considera que la fecha de la primera obra de Chomón es tres años posterior a la fecha que das de 1905. En otro libro que comentaré en julio (Cartoons, donde hay una historia de la animación española escrita por Emilio de la Rosa)Giannalberto Bendazzi da prioridad a Blackton, relegando a un segundo plano a Cohl y no menciona a Segundo de Chomón. Cosas de cómo se escribe la historia.
Pelillos a la mar, nosotros sabemos a quién agradecer las cosas.
Por cierto, pedazo de comentario, Sergi. Eres una enciclopedia andante. Se ve que estás bien informado. Será porque estás en el oficio, digo yo, jeje.
Este segundo libro que comentas no merece ninguna credibilidad. No hay profesional de la animación que lo utilice ni como libro de consulta.
Personalmente tampoco diría tanto, la verdad es que leyéndolo he encontrado muchos errores, quizá más que en otras publicaciones, pero bueno... tampoco es para dárselo de comer a los perros; tiene sus cosas buenas.
Lo cierto es que Emilio de la Rosa es un personaje muy particular, es muy poco objetivo y tira mucho más hacia sus preferencias y hacia sus amigos que hacia la historia pura y dura. No obstante es digna de admiración la obra que ha hecho... aunque haya que ponerla un poco en entredicho.
Solo te diré que en una cena, Emilio me "acusó" diciéndome que yo me dedicaba a esto de la animación para "ganarme la vida".
Yo tengo claro que quiero ganarme la vida animando, pero... Te parece eso poca soplapollez?! Pues así es Emilio ;-)
El libro de Cartoons es un libro que se ha hecho medianamente popular al estar en las bibliotecas y tener cierto gancho con las fotos. El libro que estoy comentando va peor, ya que he sido el primero en sacarlo y tiene pintas de llevar años allí.
Sinceramente, el comentario de si estás en un oficio "para ganarte la vida" es poco menos que una chorrada. Puede que, leyendo entre líneas, quisiese decir que algo que es un arte no debería mezclarse con el negocio, pero eso vuelve a ser una chorrada. Porque, mira, yo soy profesor "para ganarme la vida", aunque tenga clarísima la importancia capital del oficio de profesor.
Yo, como sabes, soy tambíen músico, pero la música no me ha aportado grandes beneficios cuando tocaba en directo. Ya me hubiese gustado estar en la música "para ganarme la vida". En fin.
Te agradezco mucho que comentes en estas entradas de animación, Sergi, porque como supondrás, yo sólo soy un aficionado y mi criterio puede fallar un montón. Voy a seguir estas semanas con estas entradas de historia de la animación española y sería estupendo que comentases para añadir algún aspecto que se le haya escapado a Martínez Barnuevo o a mí.
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