Casos OVNI, 1979

Mucho antes de que existiesen los Huevos Kinder, los niños de mi generación podíamos conseguir regalitos sorpresa comprando pastelitos. Unos de los más populares eran los gitanitos de Ortiz. Lo normal es que se comprasen en paquetes de cinco o seis (no recuerdo). Eran unos pastelitos como el brazo de gitano y cubiertos por chocolate.

Estaban buenos, pero no destacaban de los demás si no hubiese sido por incluir unos regalitos muy espectaculares para lo que cabía esperar. El cartón que servía para dar cierta rigidez al paquete envasado era siempre objeto de alguna sorpresa, como unos teatritos para jugar con las figuritas de plástico de los personajes de la Warner o caretas con sus efigies. Sólo recuerdo una colección de cromos y fue esta.

La publicaron en 1979 y era un producto de su época, sin duda. No veo ahora que una serie de veinticuatro cromos dedicada al “fenómeno OVNI” pudiera tener mercado ahora.

Empiezo con un ejemplo de cómo es una página de este álbum y os muestro los dos cromos que se incluyen en esta. El primer caso se podía llamar “los marcianitos mandantes”. Es decir; según cuentan, un escalador llega a la cima de una montaña y dos marcianitos le roban el piolet. Qué majos, ¿no?

El otro se podría llamar “el caso del hombre que vio muchas veces Ultimátum a la Tierra”. Así, como el que no quiere la cosa, te encuentras con uno de los niños con poderes de Akira y te cuenta que viene en son de paz, pero que como no tengamos cuidado con la energía atómica, nos apaga la luz a todos. Bueno, eso es lo que pasa en la película. Aquí no lo dicen así, pero algo como esto sería.
Este otro caso tiene a los marcianos más monines de todo el álbum. Se podría llamar “el caso de los pitufos y su huevo mágico”. Un policía perseguía a un motorista (¿sería al Ghost Rider?) y deja de perseguirlo porque ve otra llamarada. Allí se encuentra a los marcianitos pitufiles que salen espantados, como un rayo, a su galaxia.

No sólo no tenemos datos para opinar sobre la posible existencia de vida en otros planetas (sólo estadísticas), ni para suponer que en esos planetas habitados existan formas inteligentes capaces de viajar por el espacio salvando las enormes distancias, como para suponer que vengan en naves nodrizas. Por eso de darle un aspecto autóctono, también en Sevilla se ven puros volantes (¿no sería a altas horas de la madrugada en la feria de abril?). Y, claro, si son puros, salen humos y gases. En fin.

Bueno, a mí siempre me han gustado los OVNIs y me parece muy bonito recordar la época en la que Jiménez del Oso nos ilustraba con ejemplos de todo tipo de cosas misteriosas. Los extraterrestres han desaparecido de nuestra cultura popular (ahora son Aliens o Predators …o Stichs). En mi opinión, las invasiones extraterrestres eran una forma de sublimar los norteamericanos una invasión soviética, de la misma manera que Godzilla era una posible sublimación de la bomba atómica para los japoneses, pienso yo. Ahora el mundo tiene otros miedos más concretos y no necesita de marcianitos para darnos miedo. Ah, ¿dónde quedará la maravillosa “Guerra de los Mundos” en este nuevo milenio?