En un chicle de antaño se incluyó esta colección de cromos que una vez se juntaban podíamos usarlo para jugar a la Oca. Falta el número veintidós, pero no importa, como documento nostálgico sólo cabe decir que emociona verlo.
Gracias a Omikrón y a su hermana por compartir esta curiosímima propuesta.
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