Tenía yo ganas de ver este monólogo que tantísimo ha gustado aquí en Madrid hasta el punto de llevar cinco temporadas en cartel. Ochocientas y pico funciones llevaban cuando la fuimos a ver y todos mis amigos habían salido encantados de la función. Así que allí debíamos ir, claro.
La temática nostálgica de una infancia alojada en el pasado, más concretamente a medio camino de los setenta y ochenta me parecía una razón más que suficiente para verla. Es decir, para ver a Eduardo Aldan. Algunos le recordaréis por los monólogos, pero antes de todo eso, era un vendedor a domicilio en el último Un, Dos, Tres.
El monólogo va fluyendo por los diversos vericuetos de nuestra vida, desde la escuela a los juegos, pasando por muchos juguetes (muchos y muy acertados recuerdos), la televisión y los sentimientos. Hubo uno que se me había olvidado por completo, pero que viví muchísimas veces. ¿Os acordáis de cuando pedíais que os diesen un poco de bocadillo y os decían "Bueno, pero hasta el dedo"? Te ponían el dedo para que pegases un mini-mordisco y te aguantabas. Eso era todo. A mi se me había olvidado.
No desvelo mucho de la temática ni de los oportunos chistes que Aldan va dejando caer para que el público se parta de risa. Simplemente os recomiendo una visita al Teatro Gran Vía y dejaros llevar por ese niño que lleváis dentro y que no se ha ido del todo.
Lo único que me pasó es que se me hizo corta. Y es que dura más de una hora y media, pero es que, como podréis suponer por Tonnerre de Brest, el rollo nostálgico-juguetero-infantil es algo que me pirra. Y se me hizo corta. Aunque pensandolo bien, la velocidad a la que habla Eduardo Aldan acorta la duración de la obra. A velocidad normal hubiera durado dos horas. Dice Aldan que una vez le recriminaron que hablaba demasiado rápido, a lo que el respondió que escuchábamos demasiado lento. No Eduardo: hablas demasiado rápido. Pero no importa, a todo se acostumbra uno. Como con los Pajaritos de María Jesús y su Acordeón. Y aunque aún nos sorprendamos cómo nos pudo hacer gracia a todo un país, seguro que la mayoría se la sabe de memoria. Pues eso, que nos acostumbramos.
Por cierto, hay un video de los Payasos de la Tele que podemos ver en la obra y que es tremendo. No os lo dejo como embed para no destrozar la sorpresa, pero sí lo incluyo para que los que hayáis visto la función podáis alucinar otra vez.
Y sin más, os invito a ver un fragmento de la obra y os doy el enlace para que podáis sacar más información y compar las entradas por si os interesa. Es un monólogo que de verdad merece la pena.
Espinete no existe - Video promocional
"Espinete no existe" es una comedia 'nostálgica y canalla' sobre nuestra infancia y las pequeñas cosas que han marcado a varias generaciones. El material escolar, las chucherías, los juguetes o la televisión son algunos de los temas con los Eduardo Aldán nos hace volver atrás en el tiempo, pero con una divertida y curiosa perspectiva. Es un monólogo típico del Club de la Comedia basado en anécdotas infantiles y acompañado por imágenes y vídeos de la época: programas, dibujos animados, anuncios, chucherías... que hacen esbozar una sonrisa nostálgica en el espectador. El espectáculo, pensado inicialmente para un mes, lleva ya más de dos años en cartel y va por su cuarta temporada. La obra, de hora y media de duración se basa en los propios recuerdos infantiles de Aldán, que lo define como «un capricho y una apuesta particular», y, aunque pensado inicialmente para la generación nacida en la década de los 70, ha logrado llegar a todos los públicos. Y para que los asistentes viajen aún más a su infancia, al margen de los recuerdos, y 'saboreen' el monólogo, se reparte a cada espectador un chupa-chups, organizando así una especie de «merendola infantil, pero hecha por adultos.
Se representa en el Pequeño Teatro Gran Vía, de Madrid
[texto y video vía maravillosa infancia]
Más información en la página web de la función http://www.espinetenoexiste.com/ y para conseguir entradas a buen precio, os recomiendo Atrapalo.com
4 comments:
Vale. Tomo nota de la recomendación. Pero más que ese vídeo de los Payasos de la tele, el que yo querrí encontrar es el especial que emitieron una tarde-noche de alguna Navidad, Nochevieja o lo que fuera, cuando ya no emitían su "Circo" y en el que se decía aquello de "El mar, idiota, el mar". Aquello fue divertidísimo. Hacía años que no los veía y de repente con ese número ganaron enteros en mi estima.
Pues lo he mirado yo también y no lo encuentro. Sé a cuál te refieres. Era uno en el que todas las respuestas de un examen eran el mar y al final se daban cuenta: "el mar, idiota, el mar".
Pues nada. Habrá que esperar a que lo cuelguen...
Un saludo.
Es curioso que algo por lo que hemos recordado a los Payasos de la Tele no esté disponible.
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