La Saga de los Aznar, volumen séptimo.

17 Contra el Imperio de Nahúm.

El Rayo Azul sigue siendo el principal mal que hay que remediar. Sin él, Valera sería un peligro para los nahumitas. Así que Miguel Ángel Aznar trata de conseguir una alianza con los oceánides. Estos últimos quieren regresar a su planeta de origen, Bagoah (¡cómo me recuerda este nombre a Dagobah!).

Las facciones de los oceánides se enfrentan y los partidarios del rey Tritón y su hija Ondina están en una posición de inferioridad. Los suyos tienen que huir. La idea de Ondina, a parte de tratar de conseguir el amor de Miguel Ángel (estos aspectos folletinescos podrían verse como puntos débiles de la saga, pero son muy curiosos y al final ¡me encantan!) son volver a ser personas capaces de vivir en la superficie. Además de cirujanos, cuenta con la colaboración de un ingeniero que puede dar con la clave para contrarrestar al Rayo Azul.

Lo primero es atacar los cañones que proyectan esa energía nahumita. Atacarán el que se encuentra en Ragún, el más grandote. La escaramuza les sale bien a los de Miguel Ángel, incluso llegando a conseguir más efectivos valeranos pilotados por control remoto.

Ahora el objetivo es Valera. Recordemos que se encuentra lejos del rango de ataque del Rayo Azul, pero hay muchas tropas enemigas en sus alrededores tratando de mantener a raya a los valeranos. Aquí no puedo evitar estar viendo el final de Star Wars: A New Hope. Tiene muchos paralelismos que casi seguro no supo George Lucas al que supongo desconocedor de la Saga de los Aznar, veintitantos años anterior. Imaginemos a un Miguel Ángel, piloto de una nave ultraveloz, cual X-Wing, entrando por las exclusas del autoplaneta (por lo demás, parecido a una estrella de la muerte, pero en bueno) y a los nahumitas en su interior, con naves rápidas tipo Tie Fighters, machacándose los unos a los otros.

Al final, ganan los valeranos, que recuperan su devastado planetillo y huyen para poder hacerse fuertes y volver a Nahum para rescatar a los suyos.

18 La Guerra Verde.

Han pasado más de tres años desde el desenlace de la anterior novela. Los valeranos se han preparado para dar un golpe de efecto a las tropas de Nahum y rescatar a los suyos. Miguel Ángel Aznar es ahora jefe de todos los miembros de la resistencia valerana (ni más ni menos que superalmirante) y ha preparado una sorpresa. Un arma que es capaz de acabar con la vida vegetal de un planeta, sin dañar a la animal.

Estas bombas verdes (de ahí el título de la entrega) aún no han sido fabricadas en la cantidad necesaria, pero no pueden esperar más. Se acercan a la capital del imperio nahumita y, mientras mandan un mensaje de esperanza a los compatriotas cautivos, se ve que la cosa ha cambiado. Valera es ahora inmune al Rayo Azul (más innovaciones necesarias para enfrentarse a los nahumitas).

Parte de la desgracia de Miguel Ángel va a tener que ver con el rescate de una princesa nahumita llamada Ámbar. Miguel Ángel, que se ha interesado por ella, la deja al cargo de su familia (de lo que queda de ella, claro).

La acción se traslada al mar, con los oceánides otra vez reunidos, vencidas las rencillas previas. Ahora volverán a respirar aire con ayuda de los cirujanos más avanzados de su sociedad.

Ahora, volvemos a Valera, donde vemos que Ámbar vuelve a Noreh, la capital de Nahum con el corazón de Miguel Ángel en total propiedad. La princesa se encuentra con un imperio asediado y desorientado. Valera y sus miles de naves teledirigidas están haciendo la vida imposible para los engreídos nahumitas, que nunca habían sufrido un embargo así. Estos cometen un error, congregando sus fuerzas en un punto, para repeler un ataque valerano y desprotegen el planeta.

Las Bombas Verdes cumplen su objetivo y llega la hambruna. Sólo es preciso aguardar unos meses para que la rendición se consiga por abandono del enemigo. Miguel Ángel rescata a Ámbar y los oceánides lideran el asalto final, clamando venganza contra el opresor.

Cumplida la misión que plantearon los Aznar del comienzo del Ciclo de Nahum, el sistema solar de Nahum ha sido pacificado y Valera parte al cosmos más remoto. Y Miguel Ángel se casa con Ámber. Sin duda, continuará.

Como en las anteriores entradas, agradezco al señor Canalda la posibilidad de emplear las imágenes que acompañan al texto. Y, como es ya sabido, sus entradas me sirven como punto de comienzo para mis resúmenes. Pensad que la relectura de dos o tres novelas por semana es mucho, así que tengo que aplicarle un ritmo frenético y necesito los resúmenes y comentarios para no dejar mucho en el tintero.