19. Motín en Valera.
El sistema de Nahum a dejado de ser una amenaza para los valeranos y los redentores y ahora toca visitar el sistema solar de los Thorbod. Son cinco planetas que están completamente destrozados por la radioactividad provocada por la guerra contra los nahumitas, por lo que sólo parece que hay que visitarlos. ¿Qué más da? Seguro que no hay nadie. Incluso se pueden colonizar sin peligro. Cualquiera que haya leído una obra de ciencia ficción sabe que esto no va a ser así. Que va a haber mucho peligro.
Lo más interesante del punto de partida de esta novela es el hartazgo de la población valerana de seguir a pie juntillas todo lo que les dicen los altos cargos y tienen muy reciente la brutal represión nahumita cuando lo que les habían prometido era un paseo triunfal. Por si fuera poco, los Balmer están planeando un golpe de estado.
Miguel Ángel Aznar, superalmirante de Valera, decide no actuar como un déspota y no aniquilar a los Balmer. Prefiere renunciar al cargo. Su esposa, Ambar, princesa nahumita, le abandona. Sólo quiere vivir con un hombre poderoso en la flota que venció a su civilización. Por eso parte de Valera en dirección a su sistema solar. Este es el comienzo del fin de Miguel Ángel Aznar, como veremos al final de la primera parte.
Pero volvamos a la situación en la que dejamos a Miguel Ángel. Los Balmer se hacen con el poder y abandonan a los Aznar en los planetas Thorbod. Pero como se las saben todas, no les dan los medios para desarrollar una tecnología (recordemos que esta situación ya se dio en novelas anteriores, pero sin crueldades tan malintencionadas). Un Balmer les acompaña. Es el marido de la hermana de Miguel Ángel, José Luis Balmer. Y es que aunque es un cabecilla de la rebelión, no quiere renunciar a vivir con su mujer y su hija.
Miguel Ángel dirige ahora los destinos de los exiliados. Nos olvidamos de Valera por unos momentos y nos centramos en estos pobres desgraciados. Ponen el nombre de Exilio al planeta y se dedican a explorarlo. Sólo hay vida vegetal, ya que suponen que no sobrevivió nada animal a la radiación. Afortunadamente tienen animales domésticos con los que alimentarse.
Ahora Enguidanos nos embarca, nunca mejor dicho, en una aventura pulp muy chula. Unos barcos de vela remontan un río hasta descubrir pobladores. Como se sienten inseguros, los Exiliados (con mayúscula para incidir en su condición de no-valeranos, sino habitantes de Exilio), entran en contacto con los pobladores con siguilo. Descubren que son amazonas. Miguel Ángel salva la vida a la reina de las amazonas (Amitifu) con las medicinas de un botiquín.
Curiosamente hablan un idioma medio castellano, medio thorbod, por lo que suponen que son esclavas de la Tierra. Pronto las cosas se complican. Uno de los planetas del sistema resulta ser un autoplaneta Thorbod y los Exiliados son atacados. Miguel Ángel consigue hacerse con el control de un platillo volante. Pocos sobreviven al ataque thorbod. Ahora toca ver qué puede hacer.
20. El Enigma de los Hombres Planta.
Con los supervivientes de la matanza de Exiliados por parte de los Thorbods, Miguel Ángel Aznar trata de reagrupar a los suyos. Para añadir más desgracias, unos seres mitad humanoides mitad planta tienen el gusto de zamparse a la gente.
Rescata a su familia y a José Luís Balmer, al que culpan de todas las desgracias y que sólo bajo la protección directa de Miguel Ángel, aguanta el tipo. Poco tiempo después, todo se olvida porque hay muchas penurias que campear.
Primero, hay que descubrir dónde se ocultan los Thorbod. Tras unas pesquisas, descubren su base en un volcán (¿apagado?) y también que los hombres planta son meros peones de las fuerzas thorbod, que los dirigen por radiocontrol.
Hay que ponerse a salvo primero, por lo que Amatifú les ofrece un enclave alejado, perteneciente a su tribu y que no será visitado por los Thorbod si las cosas van bien. La idea de Miguel Ángel Aznar es ir con uno de los platillos volantes a Nahum y conservar el otro, oculto y camuflado para que la colonia que quede atrás pueda defenderse e incluso huir con él.
Con mucho esfuerzo, consiguen construir armas con las que asaltar primero la base thorbod, a la que suponen poseedora de la más avanzada tecnología (a parte de tener semillas de hombres planta por doquier).
Camino de la base Thorbod, la parte romántica de la novela, con Amatifú pretendiendo a un Miguel Ángel aún enamorado de Ambar, ameniza el arduo camino hacia el volcán, donde descubren cómo los hombres plantas sirven de esclavos en las minas. Los combates se suceden y heroicamente se hacen con el control de una gran nave donde reubican a los supervivientes valeranos que huyen de Exilio tras sufrir muchas bajas.
Una vez más agradecer a José Carlos Canalda la posibilidad de incluir las imágenes de las novelas aquí comentadas y por los artículos en los que encuentro elementos que añadir a la entrada.
El sistema de Nahum a dejado de ser una amenaza para los valeranos y los redentores y ahora toca visitar el sistema solar de los Thorbod. Son cinco planetas que están completamente destrozados por la radioactividad provocada por la guerra contra los nahumitas, por lo que sólo parece que hay que visitarlos. ¿Qué más da? Seguro que no hay nadie. Incluso se pueden colonizar sin peligro. Cualquiera que haya leído una obra de ciencia ficción sabe que esto no va a ser así. Que va a haber mucho peligro.
Lo más interesante del punto de partida de esta novela es el hartazgo de la población valerana de seguir a pie juntillas todo lo que les dicen los altos cargos y tienen muy reciente la brutal represión nahumita cuando lo que les habían prometido era un paseo triunfal. Por si fuera poco, los Balmer están planeando un golpe de estado.
Miguel Ángel Aznar, superalmirante de Valera, decide no actuar como un déspota y no aniquilar a los Balmer. Prefiere renunciar al cargo. Su esposa, Ambar, princesa nahumita, le abandona. Sólo quiere vivir con un hombre poderoso en la flota que venció a su civilización. Por eso parte de Valera en dirección a su sistema solar. Este es el comienzo del fin de Miguel Ángel Aznar, como veremos al final de la primera parte.
Pero volvamos a la situación en la que dejamos a Miguel Ángel. Los Balmer se hacen con el poder y abandonan a los Aznar en los planetas Thorbod. Pero como se las saben todas, no les dan los medios para desarrollar una tecnología (recordemos que esta situación ya se dio en novelas anteriores, pero sin crueldades tan malintencionadas). Un Balmer les acompaña. Es el marido de la hermana de Miguel Ángel, José Luis Balmer. Y es que aunque es un cabecilla de la rebelión, no quiere renunciar a vivir con su mujer y su hija.
Miguel Ángel dirige ahora los destinos de los exiliados. Nos olvidamos de Valera por unos momentos y nos centramos en estos pobres desgraciados. Ponen el nombre de Exilio al planeta y se dedican a explorarlo. Sólo hay vida vegetal, ya que suponen que no sobrevivió nada animal a la radiación. Afortunadamente tienen animales domésticos con los que alimentarse.
Ahora Enguidanos nos embarca, nunca mejor dicho, en una aventura pulp muy chula. Unos barcos de vela remontan un río hasta descubrir pobladores. Como se sienten inseguros, los Exiliados (con mayúscula para incidir en su condición de no-valeranos, sino habitantes de Exilio), entran en contacto con los pobladores con siguilo. Descubren que son amazonas. Miguel Ángel salva la vida a la reina de las amazonas (Amitifu) con las medicinas de un botiquín.
Curiosamente hablan un idioma medio castellano, medio thorbod, por lo que suponen que son esclavas de la Tierra. Pronto las cosas se complican. Uno de los planetas del sistema resulta ser un autoplaneta Thorbod y los Exiliados son atacados. Miguel Ángel consigue hacerse con el control de un platillo volante. Pocos sobreviven al ataque thorbod. Ahora toca ver qué puede hacer.
20. El Enigma de los Hombres Planta.
Con los supervivientes de la matanza de Exiliados por parte de los Thorbods, Miguel Ángel Aznar trata de reagrupar a los suyos. Para añadir más desgracias, unos seres mitad humanoides mitad planta tienen el gusto de zamparse a la gente.
Rescata a su familia y a José Luís Balmer, al que culpan de todas las desgracias y que sólo bajo la protección directa de Miguel Ángel, aguanta el tipo. Poco tiempo después, todo se olvida porque hay muchas penurias que campear.
Primero, hay que descubrir dónde se ocultan los Thorbod. Tras unas pesquisas, descubren su base en un volcán (¿apagado?) y también que los hombres planta son meros peones de las fuerzas thorbod, que los dirigen por radiocontrol.
Hay que ponerse a salvo primero, por lo que Amatifú les ofrece un enclave alejado, perteneciente a su tribu y que no será visitado por los Thorbod si las cosas van bien. La idea de Miguel Ángel Aznar es ir con uno de los platillos volantes a Nahum y conservar el otro, oculto y camuflado para que la colonia que quede atrás pueda defenderse e incluso huir con él.
Con mucho esfuerzo, consiguen construir armas con las que asaltar primero la base thorbod, a la que suponen poseedora de la más avanzada tecnología (a parte de tener semillas de hombres planta por doquier).
Camino de la base Thorbod, la parte romántica de la novela, con Amatifú pretendiendo a un Miguel Ángel aún enamorado de Ambar, ameniza el arduo camino hacia el volcán, donde descubren cómo los hombres plantas sirven de esclavos en las minas. Los combates se suceden y heroicamente se hacen con el control de una gran nave donde reubican a los supervivientes valeranos que huyen de Exilio tras sufrir muchas bajas.
Una vez más agradecer a José Carlos Canalda la posibilidad de incluir las imágenes de las novelas aquí comentadas y por los artículos en los que encuentro elementos que añadir a la entrada.
4 comments:
Me encanta esa redención del apellido Aznar tan maltratado por otros. Yo también tengo una saga espacial a mi manera chapucera en:
http://suicidasperezosos.blogspot.com/search/label/Odisea%20especial
Tiene fragmentos en gallego -aunque es legible- y aunque no es gran cosa la tengo ahí por si se me ocurre escribir más.
Tengo delante las seis entradas y me las voy a leer ahora.
Lo de escribir en gallego me encanta. Me recuerda al portugués, que estudié hace la torta de años y a las visitas que he hecho por allí. Siempre me ha sonado maravilloso. Recuerdo una obra de Anton Reixa que ahora no sabría cómo se llama, en la que estaba todo en gallego, pero no había problema para entenderla.
Creo que esta saga tuya no es sólo de ciencia ficción. Es más puede que sólo sea de cf en apariencia. ¡Muy bien!
Te mereces un cielo lleno de deliciosas huríes por tener la santa paciencia de leer la saga entera de mi tambaleante Odisea Especial. Qué los dioses del universo exterior te sean propicios.
¿Y el placer de leerlas, qué? No ha habído ningún problema. Eran cortitas y muy divertidas. Como ya te dije, me hubiera gustado haber descubierto vuestro blog mucho antes. He visto muchos comentaristas conocidos y ellos lo leyeron en su momento de publicación.
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