Arrugas, de Paco Roca.

Por este desbordante cómic, Paco Roca ganó, entre otros, el Premio Nacional de Cómic del año pasado. Decir que es una delicia, una obra maestra, es quedarse corto. Desde la magnífica portada, mostrando a Emilio, el protagonista perdiendo sus memorias representadas por unas fotos de borde troquelado y viajando en el Transiberiano con la Señora Rosario, todo nos queda claro. La historia se centra en la vejez, en el Alzheimer, la senilidad, la enfermedad, pero desde la visión más vitalista posible.

Paco Roca se documentó, parte de experiencia propia, parte de información in situ y de personas que viven la enfermedad en primera o segunda persona. Y los lectores lo notamos, entramos de lleno en la experiencia de la ancianidad. Mucho se reflexiona mientras se lee Arrugas.

Emilio es llevado a una residencia, alegoría del final de la vida. Su Alzheimer está todavía en una fase inicial, pero la situación con su hijo se ha hecho insostenible. Paco Roca acierta cuando la imaginación de Emilio le juega una mala pasada y se siente como cuando era niño, el primer día en la escuela de la que nada conoce.

En la residencia, Emilio entra en contacto con un pícaro, un burlador que resulta grosero por su manera de abusar y sacar dinero a los más débiles de sus compañeros, pero que a medida que avanza la historia, se vuelve referencia imprescindible, llegando a robar protagonismo a Emilio. Se trata de Miguel, el compañero de habitación (situación que llevará a varios enfrentamientos y contratiempos cuando Emilio note que le faltan las cosas).

El mundo de la residencia se divide en dos plantas. La de los mayores que están en la planta baja y aún se valen por sí mismos y los de la segunda, los desahuciados, sobretodo los enfermos de Alzheimer y senilidad en fase terminal. Emilio teme el día que le lleven allí.

No os desvelo nada más, no quiero estropear la lectura de este libro imprescindible. Sólo algún momento importante que comentar. Cuando Emilio descubre que su medicación y la de Modesto, un hombre que ya no es casi capaz de comunicarse con el exterior, son las mismas, visita al médico y en un par de páginas Roca nos muestra la crudeza de la enfermedad.

Cuando se cuenta cómo Modesto conquista a Dolores es un momento mágico. Una delicia que te llena de emoción y de belleza. La fuga de los tres ancianos en coche es también un momento antológico, lleno de simbolismo y con muchísimo humor (algo que no falta ni un segundo en esta obra).

Llega el momento de subir a la planta de arriba y Miguel nos emociona cuando acompaña a Emilio. El corazón del pícaro no tiene ni la más mínima pizca de entumecimiento. Y las páginas en blanco, se pasan con presteza, con miedo yo diría. Demasiada cercanía e identificación con Emilio para que no sintamos angustia con ellas. Pero Paco Roca, magistral en eso, termina con un epílogo maravilloso. El de un anciano que aún tiene mucha valía y consigue irse de la residencia, vivir con un nieto y cuidar de su perro. Todo ello sin dejar de vivir.

Un buen montón de enlaces:
Página oficial de Paco Roca.

Apartado para Arrugas.

Paco Roca en la Wikipedia.

Paco Roca en la Guía del Cómic.

Encuentro digital en El Mundo.

Presentación de Las Calles de Arena, su último título.

Arrugas en Papel en Blanco.

Noticia de la adaptación de Arrugas al cine.

Arrugas en la Cárcel de Papel.

Arrugas en Entrecómics.