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Llevaba tiempo queriendo hacer estas entradas y nunca veía la oportunidad, así que se me ha acumulado el trabajo. Por esa razón, durante unos meses, alternándose con entradas de reseñas de otros libros y cómics, voy a incluir todos los tomos de esta serie (hasta el momento).
El primer volumen está dedicado a la que fue y es la más conocida serie de Benejam, la Familia Ulises. Se correspondió con el sesenta aniversario (fue el seis de marzo de 1945) de su primera página en el TBO. Yo he de reconocer que siempre fui seguidor de Eustaquio Morcillón y Babalí, pero la última página, la de la familia Ulises, no se quedaba sin leer. Y muchas veces era antológica, la mejor historieta de todo el número de esa semana del TBO.
Por eso y por muchas otras razones, principalmente el trazo y el dominio de la representación de escenas que demostraba Benejam, esta serie es de las más reconocidas del panorama humorístico español.
Como ejemplo del álbum, os dejo con una curiosa página en la que salen los dibujantes del TBO. Y todos están encantados de estar en un cómic de la familia Ulises.
2 weeks ago
5 comments:
Sin duda marcaron una época dentro del panorama tebeístico español.
Fantásticos creadores de esos estudios de familia, podríamos llamarlos así, tan frecuentes en la "tebeística" española posterior. Incluso han tenido su importancia en el desarrollo de la comedia cinematográfica española, tipo Berlanga, y en series de TV que están en el ánimo de todos.
La historieta española contaba la vida cotidiana con la fuerza del humor. El hambre de la posguerra con Carpanta, la vida del niño con Zipi y Zape y los aires de grandeza de la nueva clase media con la familia Ulises.
Lo malo es que muchas series le deben todo a los tebeos y las plagian sin mirar más allá.
Lo tengo pendiente de comprar cuando vaya a España, pero me pone nerviosilla la letra apretadita y pequeñita. Por aqui tengo un par de TBOs que compre una vez y de peque me encantaban.
A mi me pasaba igual. Sabías que era una página de lectura lenta. Pero al final siempre valía la pena. Es que Benjam siempre tenía mucho que contar, jeje.
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