Creo que en este número se nota que la fórmula de Vinéa se
agota y que Leloup trata de darle más parcelas a los extraterrestres para crear
nuevos campos de aventuras. Y la nueva parcela es una colección de planetoides
en los que volvemos a encontrarnos con temas recurrentes, como la humanidad de
un androide frente a un vineano que ha perdido los sentimientos.
Como Yoko ya tiene su nave espacial, se lleva a su “familia”
con las niñas – una vineana y una terrestre – Pol y su novia y Vic con Khány.
Todos juntos se dirigen a los restos de un planeta del sistema de los soles de
Vinéa. Unos curiosos cometas les pasan muy de cerca, casi como si tuviesen
vida.
En uno de esos planetoides se encuentran con lo más parecido
a un mejunje de personalidades. La mayor parte de los protagonistas de esta
nueva aventura, han intercambiado sus mentes (almas en la terminología del
álbum) y el personaje que compartirá protagonismo con Yoko, Ethéra, es un
androide; la mente de una vienana en un cuerpo cibernético. Según he leído,
Leloup piensa, con el paso de los años, que debiera haber eliminado a este personaje
y dejado la trama sólo con Litsy y su madre, Isora.
Porque la madre aún no tiene cuerpo y se conserva durante la
aventura en una mini nave espacial. En fin, un lío. Y para complicar más la
cosa, el científico que se encarga de tanto intercambio, Wodek, termina también
teniendo su propia agenda, con lo que la historia se enturbia aún más.
El malo malísimo de esta aventura es Wodek, que tratará a
toda costa de volver a transferir su mente una vez más. Nahumitas, temblad de
miedo, que los hay más malos que vosotros.
Me recuerda mucho el final al final del Fantasma del
Espacio, de la serie que aquí se llamó Quena y el Sacramús. La liberación
produce una tremenda tristeza en Yoko.
Yoko Tsuno, tomo veintidós. El Junco Celeste (La Jonque
Céleste, 1998). Viajes por el tiempo cuatro y Lejano Oriente seis.
Tenía que pasar. Yoko Tsuno se va a plantear si una
actuación con la máquina del tiempo puede salvar a alguien, aún pudiendo
comprometer la historia futura.
Yoko y Rosée visitan China, la ciudad de Guilin,
concretamente y, tras unas peripecias un tanto inverosímiles con un artefacto
que deja inconsciente al acompañante de estas, llegan a la casa de un
historiador que registra la historia de la comarca. Se supone que es una
búsqueda personal para encontrarse con la región donde vivieron los ancestros
de nuestra protagonista.
Este historiador nos cuenta la historia de una niña,
curiosamente la tercera esposa de un emperador, que fue sacrificada a los seis
años (la edad de Rosée). Su cuerpo se enterró en una urna sobre una barca (el
junco) y sirvió como guardiana de la tumba del emperador. Se le atribuían
misteriosos poderes, que veremos tiene su origen en… bueno no adelantemos
acontecimientos.
La niña se llama Sin-Yi y Yoko investiga más sobre ella. Una
esfera con unas lentes acopladas que está en posesión del profesor Fung y que
funciona con la luz, al estilo del amuleto en la tumba egipcia de Indiana Jones
y su arca perdida. Con la localización precisa, Yoko llega a la tumba
subterránea acompañada de Lin-Po, médico personal del historiador.
Dan con el junco y con la pequeña urna, rematada por una
figura que recuerda mucho a Rosée. Yoko no puede más y pide ayuda a sus amigos,
en especial a Monya.
Tras unas deliberaciones, sopesando las consecuencias de intervenir
en el pasado, nuestra amiga viaja al Siglo XI, donde se empapa en la cultura de
la época. Maravilloso el trabajo de documentación de Leloup.
Yoko vuelve a demostrar lo resuelta que puede llegar a ser
en una aventura compleja pero que, a diferencia de la Puerta de las Almas, está
fantásticamente tejida.
El objetivo de Yoko es conseguir salvar a la niña sin
cambiar el pasado, lo que alteraría el presente. Por eso, con ayuda de sus
compañeros de correrías, hace que todo quede como si la niña fuese sacrificada,
dejando una grabadora en la urna, cosa que asustó a todos los lugareños de
aquella época. La niña viaja con nuestros amigos al presente y va a ser educada
en la nueva era (al menos para la niña). Una nueva niña al cargo de Yoko.
4 comments:
No lo conocía y me ha gustado bastante. Siempre me descubres nuevas cosas.
Un abrazo
Te aseguro que es una serie de BD o cómic francés estupenda para aficionarse al mundo de la historieta.
"La puerta de las almas" resulta muy confusa en la terminología. Parece que con alma quiere referirse a una mezcla de la personalidad, los recuerdos, la mente... pero no concuerda con lo que se entiende habitualmente por "alma". En todo caso me resulta bastante interesante.
"El junco celeste" está muy bien documentada como dices. Según parece tanta documentación tenía que en el siguiente, "La pagoda de las brumas", vuelve al mismo escenario histórico y geográfico. Cuando Saure lo editó en 2004, en realidad el último álbum de Yoko era ese 2º, "La pagoda de las brumas" y no "El junco celeste". Quizá como puede considerarse continuación del anterior publicara ése.
Veremos la Pagoda la semana que viene y veremos cómo se enlaza con esta otra historia.
Lo de la Puerta, tengo que decir que Vinéa se me volvió pesado.
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