Contenido:
- TBO Exttra nuevo álbum de la Familia Ulises con sus primeras aventuras.
- TBO Almanaque para 1983.
- Número extraordinario 32 portadas de las más representativas de TBO.
Un número durito, la verdad. Está dedicado al último momento de la revista, sesenta y séis años después de haber sido creada. Los especiales son interesantes, pero no tan llamativos como el extra de las portadas. Vemos la evolución de la revista desde el primer número de marzo de 1917 hasta el número 2502 y abajo vemos un lacónico y demoledor, "Hasta siempre querido lector" firmado por Albert Viña. El rescate del benefactor Lluís Giralt no fue suficiente y la revista sucumbió. Con ella y con Bruguera, tres años más tarde, se acabó la época de los cómics para niños.
Y no digo la "época dorada" ni nada por el estilo. Simplemente, desde entonces ya no ha habido más (algo de Ediciones B! - con Superlópez y con Mortadelo - y la revista Dibus! que hizo un intento muy notable, pero poquito más). Del todo a la nada en cero coma cero.
El artículo de Guiral es esclarecedor. El lector que había madurado leyendo revistas de Bruguera, Ediciones TBO, Maga o Editorial Valenciana, entre otras, quería cómic para adultos, porque esa era su edad. Y Toutain, Vibora, Rambla, El Cairo, Metal Hurlant y tantas otras publicaciones de los ochenta nos engancharon a todos (yo aún no tenía edad para leerlas, pero mi abuelo, que era muy majete, me dejaba leer algún que otro Aventuras Bizarras).
Los "nuevos" niños, los de los ochenta, no le dieron tanta importancia. Además no había mucho cómic que elegir en el kiosco (por un lado no había oferta y por otro, era (casi) imposible salirse del Mortadelo, Astérix o Tintin de turno. O eso o los superhéroes.
Así que, habiendo conocido el final de una etapa fantástica para los lectores (parece que no tanto para los autores) del tebeo infantil, uno siente cierta congoja viendo como se extingue una cabecera tan fantástica y tan importante.
Tras el artículo de Guiral, un texto importante y de muchísima información y calidad humana firmado por el propio Lluís Giralt recordando estos años y su innegable aportación a la historieta española con su apoyo al TBO crepuscular de este comienzo de los ochenta. Obligada la visita a su página grafopata.com. La Biografía es de Nadal.
Y no digo la "época dorada" ni nada por el estilo. Simplemente, desde entonces ya no ha habido más (algo de Ediciones B! - con Superlópez y con Mortadelo - y la revista Dibus! que hizo un intento muy notable, pero poquito más). Del todo a la nada en cero coma cero.
El artículo de Guiral es esclarecedor. El lector que había madurado leyendo revistas de Bruguera, Ediciones TBO, Maga o Editorial Valenciana, entre otras, quería cómic para adultos, porque esa era su edad. Y Toutain, Vibora, Rambla, El Cairo, Metal Hurlant y tantas otras publicaciones de los ochenta nos engancharon a todos (yo aún no tenía edad para leerlas, pero mi abuelo, que era muy majete, me dejaba leer algún que otro Aventuras Bizarras).
Los "nuevos" niños, los de los ochenta, no le dieron tanta importancia. Además no había mucho cómic que elegir en el kiosco (por un lado no había oferta y por otro, era (casi) imposible salirse del Mortadelo, Astérix o Tintin de turno. O eso o los superhéroes.
Así que, habiendo conocido el final de una etapa fantástica para los lectores (parece que no tanto para los autores) del tebeo infantil, uno siente cierta congoja viendo como se extingue una cabecera tan fantástica y tan importante.
Tras el artículo de Guiral, un texto importante y de muchísima información y calidad humana firmado por el propio Lluís Giralt recordando estos años y su innegable aportación a la historieta española con su apoyo al TBO crepuscular de este comienzo de los ochenta. Obligada la visita a su página grafopata.com. La Biografía es de Nadal.
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