La Saga de los Aznar, volumen vigésimo tercero.

52. La civilización perdida.

En mi opinión, la Saga termina con la anterior novela. Dejamos a Valera sin enemigos y viajando por el comos en busca de nuevas aventuras. Los valeranos dan con un enorme cuerpo celeste. Tan grande que en él cabría el Sistema Solar. Lo investigan y sospechan que está hueco y que en su interior hay un sol.

Descubren que el hiperplaneta (así lo llama Enguídanos) es habitable y en él hay unos saurios enfrentados en una guerra fraticida entre dos bandos (los Tumma y los Silaos). Además hay unos homínidos que prometen también, aún estando en un punto atrasado de su evolución.

Los valeranos se interponen entre los dos contendientes. Paran momentáneamente el conflicto, pero hay mucho que cambiar y se tienen que ir los valeranos sin conseguir pacificar a las dos naciones. Por cierto, la novela la protagonizan Fidel, Tuanko y Marek. La verdad es que es una obra coral y no se centra en la acción de nadie. Más bien en los sarios.

53. Horizontes sin fin.

Los valeranos tratan de encontrar un plan de acción y se retiran de la guerra nuclear. En su viaje de investigación dan con otra nación sauria, los katumes, que les hacen presos. Los homínidos son para los katumes sus esclavos. Los valeranos demuestran su inteligencia, cosa que desconcierta a lo saurios.

El Emperador Katum padece un tumor cerebral que Fidel Aznar se encarga de curar (pensemos en que estamos ante personas que viven en un futuro lejanísimo y muy avanzados tecnológicamente). Como los demás reyezuelos que se iban a hacer con el poder ven que la cosa se ha acabado, estalla otra guerra entre los señores feudales de Katum. La guerra es tan fraticida que los valeranos sólo sobreviven porque Tuanko les rescata. También se lleva al emperador. Ya no hay reino que gobernar.

No es mala novela, pero deja que desear un desenlace más tremendo, una vez que hemos visto cómo los saurios llegan a la lucha fraticida a la más mínima.

54. El refugio de los dioses.

Última novela de la saga de los Aznar, aunque no fue planteada como tal. Enguídanos quería seguir, la Editorial Valenciana hubiera querido seguir, pero se acabó la actividad y los originales de las dos siguientes novelas se perdieron. Hay un buen montón de historias de aficionados a la Saga que los han buscado y solicitado a los que fueron responsables de la editorial en aquella época. Todo sin éxito. Y Enguídanos no recordaba más que vaguedades que no sirven para una reconstrucción.

En fin, centrémonos en la novela. Como Tuanko no quiere saber nada del dictador que han rescatado, le proponen dejarle en algún sitio del hiperplaneta. Este saurio pide que le lleven a Guandú, un continente en el que los saurios matan en una guerra sin cuartel a los humanos que hay allí. Lo curioso es que hablan castellano. Deben ser naúfragos de alguna expedición.

Los valeranos les ayudan y les dan comida. Los guandúes creen que son dioses (de hay una parte del título) y que los dioses a los que estos veneran proceden de un monte llamado Olimpo. Y pronto se presentan en la novela. De dicho monte descienden otros seres humanos, los olímpicos. Estos últimos se presentan como los descendientes de unos terrícolas que huyeron del Sistema Solar en el que decían reinaba la corrupción y la podredumbre humana y fueron a dar con el Hiperplaneta. Evitaron a los saurios y dejaron que parte de los expedicionarios se establecieran en un terreno más bajo para vivir una vida plácida, alejada de la tecnología. Mientras tanto, estos olímpicos se dedicaban a ser custodios de los guandúes. Pero los saurios llegaron y con ellos las hostilidades.

Los valeranos se encargan de poner a los saurios en su sitio y ahora tienen que buscar a otra tercera colonia de humanos, que parecen ser malos de solemnidad. Ese era el objetivo de la siguiente novela, El Gran Miedo, pero no llegó a publicarse. En ella parecía que los valeranos se iban a enfrentar a una sociedad humana, opuesta a la de los olímpicos y lo guandúes, y que vivía bajo el yugo de una férrea dictadura absolutista.

Tampoco se publicó El Escuadrón Delta, la continuación de El Gran Miedo, ambas anunciadas por la editorial. Dicho Escuadrón es muy conocido por los aficionados a la Saga, porque es el nombre que tiene un grupo de amigos muy activo en el Foro de la Saga. De hecho, se les puede ver en YouTube, demostrando su afición por el humor, la ciencia ficción y los eventos culinarios.


Termino la entrada como ha sido costumbre hasta ahora, agradeciendo a José Carlos Canalda la oportunidad de usar las imágenes de las portadas de las novelas y por el estupendo guión que resume lo acontecido en las distintas entregas.